El ministro de Finanzas, Nelson Merentes, se comprometió hoy a «una mejor gestión» de la burocracia estatal y una simplificación a favor de la empresa privada, en el marco del diálogo que inició el Gobierno para ayudarlas a solucionar sus problemas.
«Vamos a ir a una simplificación de trámites administrativos» y «reactivar todo esto de una manera más expedita (…), porque todo esto es costoso para el privado y también para el Estado», dijo Merentes a un auditorio colmado de empresarios del sector eléctrico.
También se comprometió a gestionar que la banca estatal otorgue financiaciones en condiciones de pago mejores que las ofrecidas por la banca privada, tras escuchar una retahíla de reclamos sobre el cobro de tasas de intereses superiores en los bancos del Gobierno.
El empresariado venezolano se ha quejado de forma reiterada del control estatal de cambio que rige en el país desde febrero de 2003, a lo que el Gobierno ha respondido que no lo desmontará. Así las cosas, los emprendedores han pedido mayor agilidad en la tramitación de engorrosos papeleos para acceder a las divisas para atender sus importaciones.
«Necesitamos que ustedes le metan la lupa de verdad a lo que está sucediendo, necesitamos agilidad para poder ayudarlos a solucionar, por ejemplo, el déficit energético», remarcó en la reunión el empresario Ricardo Cabezas. El dueño de una fábrica de producción y reparación de transformadores eléctricos dijo estar dispuesto a renunciar a la mitad de las divisas que requiere cada mes al Gobierno, a cambio de una mayor celeridad en la entrega de estas.
La misma oferta se efectuó el pasado 22 de mayo cuando le tocó el turno en esos diálogos a empresarios de la salud, fármacos y artículos afines, necesitados de importaciones que van desde tomógrafos hasta medicinas básicas.
El ministro venezolano de Comercio, Alejandro Fleming, admitió ese día que el control estatal de divisas está siendo aprovechado por «empresarios parasitarios» que han creado «empresas de maletín» para acceder a las divisas a la tasa oficial.
El control estatal de cambio prevé que cada dólar requerido por empresas y particulares el Estado sea cambiado a 6,30 bolívares, cotización que fácilmente se triplica y hasta cuadruplica en el ilegal mercado paralelo. «Hay muchas (empresas de maletín), y tenemos que hacerle frente porque distorsionan la economía», admitió el ministro.
El presidente del mayor gremio empresarial de Venezuela, Jorge Botti, que no ha sido invitado al diálogo como patronal, no así como empresario del sector ferretero, dijo a Efe la semana pasada que además de los problemas burocráticos y otros de ese tipo, «el problema central está en el modelo económico».
«El modelo con controles estatales permiten la corrupción y genera desabastecimientos», añadió el titular de Fedecámaras, promotor del libre comercio y de que el Estado no pase de ser un ente regulador de la actividad económica.
Botti ha felicitado la decisión del Gobierno de dialogar con los empresarios, pero lo exhortó a avanzar y que se reúna con él y otros dirigentes empresariales para debatir sobre el modelo productivo y no limitarse «a buscar soluciones a problemas coyunturales».
Fleming ya lo descartó y dijo que la orden del presidente Nicolás Maduro apunta a «fortalecer el relacionamiento con el sector productivo nacional para dar respuesta oportuna y expedita» al desabastecimiento, apuntalar la producción nacional y, en última instancia, avanzar hacia la meta gubernamental de «país exportador».
«No se dialoga para ir a un cogobierno», sino porque «el Gobierno gobierna y el sector productivo genera bienes y servicios», subrayó Fleming. EFE