«La inflación acumulada en 5 meses por encima de 19 por ciento es una bomba de tiempo que sólo puede desactivarse dejando de lado la receta comunista de controles y estancamientos, para dar paso a una acción de respeto a las garantías de la gente productiva y de crecimiento en el empleo verdadero y del autoabastecimiento, sobre todo alimentario».
Así lo refiere el Diputado Miguel Ángel Rodríguez, a propósito de la publicación del índice inflacionario de mayo por parte del Banco Central de Venezuela, ubicado en más de 6 puntos porcentuales.
«Si la respuesta a la inflación y al desabastecimiento en escalas inaguantables, son recetas comunistas peores, como la libreta de racionamiento que ensaya desde el Zulia para toda Venezuela el gobierno nacional, la bomba social va a estallar, todos, comenzando por el propio gobierno, debemos evitarlo. Ya se han registrado escenas de violencia entre consumidores, por un pollo, por un rollo de papel. El gobierno no debe avanzar en su idea de que puede avanzar en su plan de consumo socialmente necesario», dijo.
Rodríguez cree que llega el momento en que gobiernos a distintas escalas, promuevan la inversión en vez de ahuyentarla. Menciona que incentivos fiscales y el retiro de trabas burocráticas para comprar insumos, producir y distribuir, deben ir de la mano del desmontaje gradual de un control cambiario que no ha frenado el desangramiento de las divisas ya que, apunta, estas dejan de ser usadas para producir, pero «sí que son gozadas por los aprovechadores del diferencial entre el dólar oficial y el del otro mercado».
El parlamentario señala que la merma en la producción de carne, de leche, de arroz, de azúcar, de caraotas, de papas y hortalizas (entre tantos otros rubros), no se debería a ninguna guerra económica del capitalismo contra la «nobleza revolucionaria».
Enumera como causantes: controles de precios que desincentivaron por pérdidas la iniciativa de producir, desconocimiento de derechos asociados a la propiedad privada, incentivo de invasiones que arrasaron en más de cuatro millones de hectáreas antes cultivadas, obstaculización del acceso a las divisas para hacerse de herramientas de trabajo (…)
«Que en Venezuela transitemos por un diferendo electoral, nada tiene que ver con que el gobierno que ahora encabeza Nicolás Maduro esté obligado a responder. Los sueldos se evaporaron con la inflación y las devaluaciones. Las familias están resentidas además porque aún caras, las cosas no se encuentran. Tienen que corregir el rumbo de inmediato. Nadie quiere que la bomba social termine de destruir lo que nos queda de país», sentenció.