La VII edición de la Feria Internacional de Turismo de Venezuela, evento turístico con característica de publicidad electoral, ya que solo el sector oficial, fue el gran protagonista de la Feria, ofreciendo productos y servicios turísticos contralados por el régimen, concluyó como toda un fantasía turística. Según los organizadores participaron 15 naciones de distintos continentes y 195 operadores turísticos, que a través de las Ruedas de Negocios, concretaron la compra y venta de sus servicios y productos turísticos, que a la fecha no se conocen sus montos; además los visitantes pudieron adquirir paquetes solidarios turísticos, que vendió la empresa estatal Venetur, como promoción al turismo nacional. La Feria fue inaugurada por el Vicepresidente de la República, expresando éste que “el crecimiento del producto interno bruto (PIB) del sector turístico con respecto al inicio del Gobierno del presidente Hugo Chávez hace 13 años, el PIB turístico asciende actualmente a 5,94 %”, y destacó que en 1998 era de sólo 0,59%”, cifras esta que no reflejan la realidad del sector, pues en la década de los 90, la llegada de turistas reales al país fue de un promedio de 750.000, visitantes por año, y desde el 1998 a 2012, el número de visitantes promedio no llega a 500.000, por lo tanto el PIB turístico no creo que haya crecido, a no ser por la inflación. Pero como estamos en la Venezuela de la Fantasía Turística, cualquier número es válido para justificar a FITVEN, que ha sido un espectáculo electorero más, y eso sí con un gasto menor que las anteriores, pero gasto al fin, ya que solo se le mostró a los visitantes nacionales y extranjeros y en especial a los periodistas y escritores de turismo, invitados las promesas electorales del régimen, en la cuestión turística, como por ejemplo el Teleférico de Mérida para año 2014, el Gran Hotel Caribe, en el Estado Vargas, para el año 2015, entre otras. FITVEN, ha perdido espacio de negocios en América, por la forma y manera de presntar la oferta turísca nacional, mientras que otras Ferias de Turismo como la del Ecuador, cada año adquiere más prestigios, por la calidad de su organización y por estar solamente comprometida en el negocio de la actividad turística, sin importarle mucho el aspecto político-partidista.