Pedro Palma alerta un «tsunami cambiario» si no ocurre un giro
La economía desoye las promesas. El presidente de la República, Nicolás Maduro, garantizó que le «torcería» el brazo a la inflación, pero pocos días después el Banco Central de Venezuela (BCV) reportó un alza en los precios de 6,1% en mayo.
Con esa cifra la inflación acumulada de los primeros cinco meses ascendió a 19,4%, derrumbando así la posibilidad de cumplir con la meta del Ejecutivo nacional para 2012, estimada entre 14% y 16%. Para el ex presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas de Venezuela, Pedro Palma, la economía está en el «preámbulo» de un escenario muy grave y se requiere un «giro de 180 grados en la política económica». «Lo que tenemos en este momento es algo muy parecido a los últimos meses del Gobierno de Jaime Lusinchi (1989) y de Rafael Caldera en 1996», advirtió el también director de la firma Ecoanalítica.
En efecto, para encontrar una inflación de 6,1% como la registrada en mayo hay que remontarse a junio de 1996 cuando llegó a 7,1%. «A finales de 1995 la inflación se fue de las manos y comenzó a suceder algo muy parecido a lo que ocurre en este momento», insistió Palma. El economista recuerda que tanto en el 89 como en el 96 el descontrol de la inflación fue la puerta para un «tsunami cambiario», ya que las autoridades no atendieron a tiempo los problemas que tenía la economía y luego las correcciones fueron drásticas.
Las distorsiones de antes se parecen a las de ahora, según el análisis de Palma: controles de precios «que no funcionan», restricciones cambiarias, y un «divorcio» entre el tipo de cambio oficial y el paralelo son apenas algunas semejanzas. «Aquí la inflación se disparó. Los controles cuando se prolongan en el tiempo se van deteriorando, no paran la inflación, ni la salida de capitales».
Es tal el cuadro que ni siquiera un eventual incremento de la producción se traduciría en una disminución de la inflación en el corto plazo. Pero en este área los números del BCV tampoco invitan al optimismo. En el primer trimestre del año la actividad manufacturera cayó 3,6% y en áreas como la fabricación de maquinaria o la producción de vehículos hubo contracciones de 41% y 44,9%, respectivamente. En cambio, un sector clave como el de los alimentos apenas creció 2,7%. «La producción está cayendo porque no hay dólares, la capacidad de producción está allí pero no hay materia prima por la falta de dólares».
Para Palma se requiere un «cambio profundo», aplicar «una política económica distinta y en serio». Respetar la propiedad, «estimular» la inversión, «sincerar» el tipo de cambio, «legalizar el mercado cambiario paralelo», devolver las empresas expropiadas y que ahora están improductivas, y «hacer un esfuerzo» para que el flujo de dólares para el sector productivo aumente son algunas de las medidas que sugiere Palma.
Las causas del repunte
Par el economista José Luis Saboin el repunte inflacionario registrado el mes pasado responde a tres factores: ajustes recientes de precios en algunos productos, el efecto de la devaluación de febrero pasado y las incorrectas políticas en materia fiscal y cambiaria.
«El control de precios lo que hace es represar la inflación y ahora se ha liberado un poco», dice Saboin a propósito del aumento de 20,4% que tuvieron los productos agrícolas y los ajustes en el pollo, la carne, la leche y el queso.
El propio BCV reconoció este elemento en su reporte del pasado jueves, lo cual hace suponer que la presión inflacionaria persistirá ya que se requieren ajustes en otros alimentos, en productos de cuidado personal y para el aseo del hogar. En algunos casos la congelación de precios excede los 18 meses. «El Gobierno está entrampado y ese es el problema de los controles».
En este sentido, Saboin subrayó que se necesita una mejor administración de los controles para evitar las distorsiones.
Con respecto al peso de la devaluación, indicó que se está sintiendo el peso del tipo de cambio de 6,30 bolívares por dólar, fijado en febrero pasado, así como la eliminación del Sitme. «Se fue el Sitme y la referencia para muchas empresas es el mercado paralelo».
El Ejecutivo nacional ha intentado crear un sistema de asignación de divisas alternativo a Cadivi, pero sin resultados exitosos.
Saboin también cuestionó las políticas fiscales y monetarias del Gobierno, ya que se ha sostenido en la «inyección» de dinero. «Ambas han sido expansivas y se ha basado en inyectar dinero a la economía de forma masiva».
Agencias