Hisham Qandil calificó de «medida unilateral» la decisión de Etiopía de construir una presa en ese río
EL CAIRO. El primer ministro egipcio, Hisham Qandil, consideró ayer que el agua del Nilo «es una cuestión de vida o muerte» para su país, y calificó de «medida unilateral» la decisión de Etiopía de construir una presa en ese río. Qandil afirmó en una alocución ante el Consejo de Shura (cámara Alta) que «el agua del Nilo representa una cuestión de seguridad nacional de primera categoría para Egipto», dentro del aumento de la tensión con Etiopía en los últimos días ante la construcción de la llamada presa del Renacimiento, en el Nilo Azul. El presidente del país, Mohamed Mursi, se reunió ayer con líderes de las fuerzas políticas egipcias, a quienes le detallo su estrategia ante el conflicto. Para Qandil, Egipto respeta el derecho de los países de establecer proyectos de desarrollo en la cuenca del Nilo, a condición que se basen en el concepto del interés mutuo y no sean dañinos para Egipto.
El primer ministro explicó que la falta de estudios necesarios sobre los efectos colaterales de ese proyecto «unilateral» y la continuación de su construcción justifican «la preocupación legítima» de Egipto ante esa obra. Egipto se reserva varias alternativas para la actuación, entre ellas pasos técnicos, diplomáticos y jurídicos, dijo Qandil sin ofrecer más detalles, aunque añadió que Egipto actuará de acuerdo con las normas internacionales para proteger sus derechos.
Asimismo, señaló que su país dará pronto pasos bilaterales «intensos» con Sudán, como presionar para que se terminen los estudios necesarios antes de la construcción de la presa y actuar para que haya una postura unificada en Egipto respecto a ese asunto. El gobierno egipcio ha expresado en varias ocasiones su inquietud por la posibilidad de perder recursos hídricos, después de que Etiopía anunciase este mes que ha comenzado a desviar el cauce del Nilo dentro de las obras de la presa del Renacimiento para generar electricidad.
Agencias