Miguel Pérez Abad
El control de cambio ha cumplido un rol determinante para que el Gobierno Bolivariano, haya administrado racionalmente la distribución de las divisas generadas por nuestra industria petrolera. Gracias a esta política, fue posible direccionar hacia el gasto social el ingreso fiscal petrolero corriente y el excedente generado por la re-nacionalización de la industria.
Cumplido este paso, el contexto actual demanda un remozamiento de la normativa que rige la administración de divisas. Explico: las políticas públicas son como algunos récipes médicos, como las dietas, como los programas de ejercicios físicos. Si no se revisan y actualizan, pierden efectividad, peor aún, pueden empezar a producir el efecto contrario a lo esperado.
Así las cosas, es justificable revisar el control de cambio. El crecimiento exponencial de la demanda interna en el país, producto del incremento del poder adquisitivo y la ejecución de grandes obras de infraestructura (incluyendo la construcción de viviendas), ha provocado que nuestra economía, dado sus limitaciones productivas desde el punto de vista cuantitativo y falta de variedad, exija demasiadas divisas para importar bienes e insumos claves para satisfacer necesidades “tierra adentro”.
Además de re-industrializar al país, proceso que puede tomar hasta una década, es menester que el Gobierno establezca mecanismos para que no solamente el Ejecutivo reciba dólares a través de Petróleos de Venezuela (PDVSA). Ello demanda muchas acciones. Una: flexibilizar el control de cambios, estudiar todos los mecanismos posibles. Dos, despenalizar la tenencia y compra-venta de dólares por particulares y una tercera acción, generar un ingreso masivo de capitales en dólares al país.
Esta última acción, se puede lograr por varias vías, las cuales sugiero para la discusión y análisis de su viabilidad: a) Negociar con las empresas multinacionales la reinversión interna de sus dividendos en dólares, permitiéndole ofrecerlos en un mercado paralelo al sistema cambiario oficial; b) Ofrecer un plan de inversión pública con participación de capitales foráneos en proyectos nacionales que les garantice seguridad jurídica y una rentabilidad lo suficientemente atractiva para que traigan dólares al país; c) Emitir deuda en dólares, entre otras acciones.
Aclaro, que la idea es lograr mecanismos y acciones que incremente la oferta de dólares, para aliviar la presión sobre PDVSA y a la vez, apostar que –lógicamente- al existir una mayor cantidad de dólares disponibles en un mercado cambiario alternativo (aunque a un precio mucho mayor, pero nunca en los niveles de la actual cotización), los groseros precios que se están observando en el mercado negro, tenderán a caer.