Los afectados manifestaron que las calles fueron escarificadas y que llevan varias semanas esperando que las asfalten
En un agudo dolor de cabeza para transportistas y conductores particulares se han convertido el grave estado de las calles que llevan hasta la urbanización «Vicente Emilio Sojo» de la ciudad mirandina de Guarenas, las cuales desde hace varias semanas fueron escarificadas sin hasta la fecha haber sido asfaltadas.
Los ciudadanos que a diario se tienen que enfrentar a la pesadilla de trasladarse por las deterioradas vías, destacaron que esto no solamente les ha dado un duro golpe al bolsillo por los gastos adicionales que deben hacer semanalmente para reparar piezas de los vehículos que se dañan, sino que además ha repercutido significativamente en los niveles de inseguridad, tomando en cuenta que el hampa se aprovecha de la situación para hacer de las suyas a cualquier hora del día. Los robos y asaltos se reportan generalmente entre los bloques 36 y 40 del antes mencionado urbanismo, sector que se conoce como «La Hoyada».
Pagando los «platos rotos»
Por medio de un sondeo realizado por La Voz, se pudieron obtener varios testimonios de taxistas, conductores de líneas de transporte que cubren la ruta hacia Las Terrazas de «Vicente Emilio Sojo» y chóferes particulares, quienes coincidieron en que ya es hora de que se aplique el tan esperado plan de asfaltado hacia esta zona.
Néstor Martínez, quien presta servicios en una línea de taxis, se confesó molesto por el estado actual de muchas avenidas que tienen meses esperando por asfalto. Para él, el daño mayor lo sufren los vehículos que tienen que parar hasta dos veces por semana.
«El tren delantero no aguanta tantas troneras y tantos baches. Si van a raspar la calle, pues asfalten esa misma semana. No es posible que pase y pase el tiempo y que las cosas continúen igual. Eso no se justifica porque el conductor es el que termina pagando los platos rotos. Mientras te detienes para pasar el bache, viene el hampa y te pega un quieto», dijo.
«Tierra de nadie»
Por su parte, César Linares, secretario de organización de la línea Conductores de Terepaima, manifestó que muchos de sus compañeros se han visto en la necesidad de no trabajar después de las 7:00 de la noche, por temor a que antisociales los despojen de todo lo obtenido tras haber laborado todo el día.
«Hacer un servicio hacia Vicente Emilio Sojo es una odisea, sobre todo cuando llega la noche. Eso se declara tierra de nadie y uno por cumplir con el cliente se expone. Ya varias veces hemos hecho saber la situación para que las autoridades apliquen estrategias que nos resguarden, no sólo a nosotros, sino también a conductores de carros particulares», expresó, al tiempo en que se hacía eco del clamor común por el daño que sufren las piezas de los carros.
«Está muy mal hecho que manden a escarificar sin que luego se cumpla con el trabajo. Desde la Terraza A te encuentras con un escenario que muestra la falta de eficacia gubernamental. Y esto se ve en varios lugares de toda la ciudad de Guarenas», acotó.
Las troneras de Cloris
La opinión de Henry Moreno, transportista que cubre la ruta hacia la Zona Industrial de Cloris, no es distinta a las ya mostradas en este escrito. Para él, el olvido se hace palpable en las calles de Guarenas.
Desde hace ya varios años las calles de este sector en donde se ubican diversas empresas de la localidad, reuniendo de este modo a un gran número de empleados en sus instalaciones, no reciben un cariñito. Ya las gigantescas troneras son imposibles de esquivar y pasan a ser profundas piscinas con una intensa lluvia.
«Todo esto colapsa. El alcalde de Plaza y los directores de las dependencias de transporte o Servicios Públicos tienen que ponerse las pilas. No es posible que esto continúe así y que no se haga nada», dijo Moreno.
Yohadi Arteaga
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