Los médicos anunciaron el sábado un gran avance hacia un «páncreas artificial», un aparato que vigilaría constantemente el nivel de azúcar en la sangre en los diabéticos y suministraría automáticamente la insulina necesaria.
Un componente clave de dicho sistema —una bomba de insulina programada para apagarse si el nivel de sangre-azúcar baja demasiado mientras duerme la gente— funciona como fue pensado en un estudio en 247 pacientes durante tres meses.
Esta «bomba inteligente» fabricada por la empresa de Minneapolis Medtronic Inc. ya se vende en Europa y es revisada por la Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés). Aún se requiere de más pruebas a fin de que pueda ser programada para imitar a un páncreas verdadero y ajustar constantemente la insulina según una lectura continua del monitor de sangre-azúcar, pero los médicos sostienen que el nuevo estudio sugiere que es un objetivo realista.
«Este es el primer paso en el desarrollo de un páncreas artificial», dijo el doctor Richard Bergenstal, jefe del departamento de diabetes de Park Nicollet, una gran clínica en St. Louis Park, Minnesota. «Antes dijimos que era un sueño. Ahora tenemos la primera parte y realmente creo que será desarrollado».
Bergenstal encabezó el estudio patrocinado por la empresa y anunció el sábado los resultados en una conferencia en Chicago de la Asociación Estadounidense de Diabetes. Asimismo fueron colgados en internet por la revista New England Journal of Medicine.
El estudio incluyó a personas con diabetes de Tipo 1, generalmente diagnosticada en la infancia. El 5% aproximadamente de 26 millones de estadounidenses con diabetes la sufren. Sus organismos no elaboran insulina, una hormona necesaria para transformar los alimentos en energía. Causa elevados niveles de azúcar en la sangre y eleva el riesgo de enfermedades cardíacas y de otros tipos.
Algunas personas con el Tipo 2 de diabetes, más común y ligado a la obesidad, necesitan insulina y podrían beneficiarse de un aparato como el páncreas artificial. Empero, por ahora va dirigido a aquellos con diabetes del Tipo 1 que deben inyectarse insulina varias veces al día o recibirla mediante una bomba con un estrecho tubo conectado a la piel. La bomba es del tamaño de un teléfono celular y puede ser llevada en un cinturón o en un bolsillo.
Las bombas pasan un nivel constante de insulina, y los pacientes deben vigilar sus niveles de azúcar e inyectarse más insulina en las comidas o cuando desean impedir que el nivel de azúcar sea demasiado elevado.
Un gran peligro es el exceso de insulina durante la noche en la sangre, cuando bajan de forma natural los niveles de sangre-azúcar. Esas personas pueden caer en coma, sufrir ataques e incluso morir. Los padres de niños con diabetes se preocupan tanto que entran en sus habitaciones de noche para vigilar en los monitores los niveles de azúcar de sus hijos.
En el estudio, todos los pacientes tenían sensores que vigilaban continuamente su azúcar en la sangre.
AP