Derek Jeter cumplió ayer 39 años, y encaja de alguna manera dentro de la dinámica que ha tenido durante su carrera junto a Álex Rodríguez, el hecho de que el capitán yankee sea felicitado y le hagan regalos, en el mismo día en que todo el mundo está hablando sobre si el dominicano debería callarse la boca. Y, como es usual, Rodríguez se buscó el problema solito, como dice Wallace Matthews, con un mensaje en su cuenta de Twitter.
Las palabras de Brian Cashman -mandándolo a callar-son suyas y solo suyas, y es el único en la organización que tendrá que explicar por qué dijo lo que dijo, y si el dueño Hal Steinbrenner piensa que sus palabras son apropiadas para un alto oficial de una compañía promiente. Cashman sabe mejor que nadie -luego de casi dos décadas de andar apagando fuegos en la organización- que sus palabras de ayer transformaron este problema de ser apenas una llamarada a un fuego de grandes proporciones.
Pero realmente, el gerente de los Yankees estaba hablando a nombre de mucha gente, desde el tope hasta el fondo de la organización, que están cansados de Rodríguez. Desde los oficiales más altos de la organización hasta algunos de los compañeros de Rodríguez en el camerino.
Hace tiempo que la oficina central de los Yankees llegó a la conclusión de que el contrato de Rodríguez de 10 años y $275 millones fue un completo desastre, un fallo de proporciones enormes. La verdad es que al equipo le encantaría que Rodríguez se fuera de allí de una buena vez, que se vaya con gracia del deporte y que le ahorre al equipo decenas de millones de dólares.
Pero están resignados a seguir atados en el futuro inmediato con el pelotero, como los matrimonios que siguen juntos solo por el bienestar de los hijos. Y de esa manera lo han apoyado en sus posturas públicas y sus comentarios, aunque se les nota el desdén.
Ese es el telón de fondo de un mensaje de Rodríguez en Twitter, el que, debido al historial previo, es casi seguro que se leyó dentro de la organización como una actitud agresiva por parte del antesalista. Cuando el otro día se publicó que Rodríguez había sido autorizado por su propio médico para iniciar actividades de beisbol, se asumió dentro de algunas instancias en la organización de los Yankees que esto había sido dado a conocer por gente cercana al pelotero.
Cashman corrigió la información oficial el lunes, al decir que Rodríguez no había sido autorizado todavía por los médicos de los Yankees. Los comentarios del gerente fueron publicados en todas partes, y al parecer Rodríguez estaba consciente de ellos cuando eligió enviar su mensaje en Twitter el martes diciendo que le habían dado una gran noticia y que estaba habilitado para jugar. Se podría asumir fácilmente como un esfuerzo para presionar a los Yankees, para presionarlos publicamente a trabajar con el calendario que quieren Rodríguez y su médico.
Sin embargo, Cashman y los Yankees no están de ánimos para ser presionados. La buena voluntad que han mostrado a nombre de Rodríguez ya no existe. Se han sentido avergonzados por sus acciones, por sus palabras, por lo que ellos perciben que son mentiras constantes. Casi existe un sentimiento dentro de la organización de que el pelotero se ha estado robando el dinero a través de una forma de fraude de negocios, por su uso de drogas para mejorar el rendimiento y ellos siguen firmando los cheques.
La gerencia está dispuesta a tener una relación de trabajo con Rodríguez, porque realmente no tiene otra opción, dado el contrato que existe. Pero tiene esperanza de que en el tiempo que les quede juntos, Rodríguez se comporte con humildad y respeto, y dentro de los límites normales del comportamiento entre jugador y equipo.
Pero cuando A-Rod no lo hace -como en este caso- bueno, entonces la gente de la gerencia se coloca en posición de dejar de protegerse de si mismo. Si Rodríguez persiste y dice o hace cosas tontas o incurre en actitud agresiva, esta será solo la primera descarga.
Solo Álex Rodríguez puede convertir buenas noticias en algo malo, según escribe Mark Feinsand. Esta fue sólo una respuesta a todo el asunto de A-Rod, según escribe Mike Vaccaro.
Buster Olney
espndeportes.com
AP / Chris O’Meara