La violencia volvió a imponerse este domingo con bombardeos intensivos de los bastiones rebeldes y combates en varios frentes
BEIRUT. El emisario internacional Lajdar Brahimi se fue de Siria este domingo tras entrevistarse con jefes rebeldes, para quienes la misión del argelino está abocada al fracaso debido a la continuidad de la violencia que en estos días perturba el inicio del nuevo año escolar.
«Estamos convencidos de que (Brahimi) va a fracasar porque la comunidad internacional no quiere ayudar al pueblo sirio», afirmó el coronel Abdel Jabar al Oqaidi, jefe del Consejo Militar rebelde en Alepo (norte).
«No queremos ser los responsables de este fracaso», declaró a AFP después de entrevistarse por Skype, como otros jefes rebeldes, con el mediador de la ONU y de la Liga Árabe.
Paralizada por sus divisiones, la comunidad internacional no logra sancionar al régimen de Damasco y no se vislumbra ninguna solución para poner fin al conflicto que dejó más de 27.000 muertos en 18 meses, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Irán, que como Rusia y China apoyan al régimen de Damasco, reconoció públicamente por primera vez la presencia en Siria y en El Líbano vecino de miembros de los Guardianes de la Revolución, guardia pretoriana del régimen, asegurando que se trata de «consejeros» y no de una presencia militar.
El emisario para Siria de la ONU y de la Liga Árabe, que asumió sus funciones el 1 de septiembre y el sábado se reunió con Bashar al Asad, estimó en su primera visita a Siria que la crisis «se agrava y representa una amenaza para el pueblo sirio, para la región y para el mundo».
La violencia volvió a imponerse este domingo con bombardeos intensivos de los bastiones rebeldes y combates en varios frentes. Desde la mañana del domingo, varios sectores de las provincias de Damasco, Deraa (sur), Alepo (norte), Hama, Homs (centro) y Deir Ezzor (este) eran el objetivo de las incursiones aéreas o de la artillería pesada de las fuerzas del régimen, según OSDH.
También se escuchaba el ruido de las explosiones y de los disparos, mientras que los combates causaban estragos en barrios como Hajar al Aswad, en la periferia de Damasco, y en la provincia, precisó la ONG que se basa en una red de militantes en el terreno.
La violencia dejó este domingo 55 muertos en todo el país, de los cuales 6 soldados, 12 rebeldes y 37 civiles.
A pesar de la violencia que afecta al país, la prensa oficial anunció el inicio del año escolar para más de «5 millones de alumnos y 385.000 maestros y empleados».
El curso escolar sirio comenzó con la apertura de numerosas escuelas en los barrios de Damasco no afectados por la violencia, a pesar de que, según UNICEF, más de 2.000 colegios fueron destruidos o resultaron dañados y centenares fueron utilizados como refugio.
En Alepo, en donde varios barrios fueron devastados tras casi dos meses de violentos combates, ninguna escuela abrió sus puertas.
En las escuela de Marshruh Dumar, un suburbio oeste de Damasco, «había mucha gente, los niños estaban excitados por el inicio de las clases», indicó un empleado del hospital de Damasco que llevó a sus dos hijos al colegio. Un conductor de taxi de Tadamun, barrio del sur de Damasco, dijo sin embargo que no llevó a sus hijos a la escuela ya que las de su barrio están cerradas.
Louai Beshara / AFP