La caída ante el Miami Heat provocará que San Antonio Spurs necesariamente voltee al futuro sin Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginóbili
Justo cuando todo el mundo había logrado apreciar a los San Antonio Spurs, valorar su profesionalismo, trabajo de equipo y determinación, simplemente desaparecieron.
Al final, no se vieron los Spurs que le daban batalla a Kobe y a ‘Shaq’, o el grupo que educó a LeBron James cuando una banda para la cabeza extraviada hubiera revelado una línea capilar mucho más fortificada. Es como si se adelantara el tiempo hasta el día en que se reunieron para recordar los buenos tiempos y sacaron un balón para ver qué tenían todavía.
La sustentabilidad de sus estrellas, ha sido el mayor valor de los Spurs, pero ya se les acabó eso. Tomó 337 minutos de una serie de siete partidos para que desaparecieran. Pero al final, con una última oportunidad para ganar las Finales de la NBA del 2013 -y quizá la última oportunidad para un título- los Spurs no cumplieron la misión.
Ni siquiera lucieron como los Spurs que conocidos durante años.
Tony Parker no logró acertar sus disparos. Manu Ginóbili se convirtió en alguien que lanzaba el balón a los jugadores del Heat como si fueran sus compañeros.
Tim Duncan repentinamente no podía meter ninguna canasta de bandeja. Fue un final catastrófico a lo que lucía como una historia inspiradora, con estos vaqueros espaciales en una última misión.
Por primera vez, Duncan se detuvo sobre la duela cuando sonó la chicharra final de la temporada NBA y no salió como el vencedor. No se movía a ninguna parte, inicialmente, como si estuviera inseguro del procedimiento. En sus cuatro viajes previos a las Finales NBA, Duncan y los Spurs siempre terminaban sosteniendo el trofeo Larry O’Brien. Con el séptimo juego finalizado y el marcador marcando Heat 95-Spurs 88, ¿qué debía hacer?
Tim volteó a la izquierda, volteó a la derecha y empezó a caminar, como si fuera un zombie, en un ángulo fuera de la cancha del American Airlines Arena.
Dwyane Wade corrió hacia él y lo abrazó. «Él es uno de los mejores de todos los tiempos», dijo Wade. «Es un honor el poder tener esta batalla contra él. Y a su edad, si todavía puedo hacer eso, entonces tendría una carrera extraordinaria. Quería felicitarlo y agradecerle por ser el gran competidor que es».
Fueron las primeras de muchas palabras amables que se dijeron por parte de la organización del Heat hacia los Spurs, desde el dueño Micky Arison, en el podio de premiación, hasta Shane Battier en la sala de conferencias. Si los aficionados al baloncesto no pueden apreciar a los Spurs tras su rol para producir estas Finales NBA memorables, bien podrían dejar de ser aficionados al baloncesto.
Nadie sabe si Duncan escuchó lo que Wade le dijo, porque estaba aturdido. La neblina todavía no se levantaba, cuando tuvo dificultades para responder a los cuestionamientos de la prensa.
«La palabra obvia es ‘decepcionante», dijo Duncan.
Su lenguaje corporal era como el de un diccionario emitiendo sinónimos que fueron más allá de solamente «decepcionante». «Demoledor» parecía más adecuado. Había puesto tanto en esto, perdiendo peso y cambiando repetidamente su rol en la ofensiva en las últimas etapas de su carrera.
Duncan había hablado de forma sincera en semanas recientes acerca de su deseo de agregar un anillo de campeón más a la colección a la edad de 37 años. Y mostró destellos de su grandeza, mayormente con los 25 puntos en la primera mitad del sexto partido. Sus estadísticas finales de 24 puntos y 12 rebotes en el séptimo juego se vieron acordes a su estatus de integrante del primer equipo All-NBA.
Pero no pudo terminar. Él, literalmente, no pudo terminar. Duncan falló dos intentos en tiros de campo que hubieran empatado el juego a 90 en el minuto final. Pero los Spurs ya no consiguieron ningún punto.
Duncan quizá ya no consiga otra oportunidad.
«Probablemente, para mí, este séptimo partido siempre me perseguirá», afirmó Duncan.
Habla acerca del intenso final de la serie, donde los Spurs tuvieron ventaja de 1-0, 2-1 y 3-2, que no hubo un consenso de qué derrota era peor.
«En mi caso, todavía tengo el sexto partido en la cabeza», dijo Ginóbili.
Ese fue el partido donde los Spurs tenían ventaja de cinco puntos en los últimos 30 segundos, y estaban a seis segundos de ganar cuando Ray Allen metió el triple que lo envió a tiempo extra.
«Estar tan cerca y sentir que estás a punto de sujetar ese trofeo», dijo Ginóbili, haciendo un movimiento con la mano derecha y sujetando una estatua dorada imaginaria, «y verlo desaparecer es muy duro».
Es un testamento para los Spurs, que volvieron 48 horas después y empujaron al Heat hasta el límite. James y Battier estuvieron imparables con sus tiros de tres, acertando 11 de 12 entre los dos.
Y aún así, los Spurs siguieron metiendo triples para su propia cuenta, frustrando que Miami se alejara. Al final, hubo 11 empates y siete cambios de liderato, y la ventaja del Heat nunca fue mayor que los siete puntos en el margen final de victoria.
«Pienso que ellos dieron todo», dijo Gregg Popovich. «Eso es carácter. Tenemos un grupo de hombres que no se rendirán, que jugarán uno con el otro, para ellos, y realmente sienten la responsabilidad mutua».
No hay parámetros para el carácter, ni siquiera en esta era de estadísticas avanzadas. Las frías cifras mostraron que Duncan, Ginóbili y Parker lanzaron, de forma combinada, 4 de 13 en el último periodo, incluyendo seis entregas de balón.
Si los Spurs llegan a volver a este escenario, al menos saben que Kawhi Leonard, actualmente de 21 años, no se asustará. Capturó 16 rebotes, anotó 19 puntos y metió la canasta final de San Antonio en el partido. De hecho, Leonard quizá sea quien, un día, guíe a los Spurs de vuelta a este lugar, ya que se vio como una estrella en estos playoffs, quizá digno de ser puesto en el mismo nivel que Paul George de Indiana.
Pero ninguno de ellos -nadie en la liga, realmente- puede ser puesto en la misma categoría que James actualmente.
En la segunda mitad, James casi igualó de forma solitaria la actuación anotadora de Duncan, Parker y Ginóbili. Marcó 22 puntos, por 25 de ellos. O mejor dicho, Duncan y Ginóbili tuvieron 25; Parker no anotó en la segunda mitad.
Un tirón en el muslo, fatiga, ¿quién sabe qué pasó? Pero no fue el Parker con calibre de Jugador Más Valioso. No pudo atacar al Heat consistentemente, especialmente cuando James lo marcaba, y se contuvo de tirar jumpers. Sus estadísticas finales: 10 puntos, acertando 3 de 12, con cuatro asistencias.
Russell Westbrook de Oklahoma City Thunder volverá tras la primera lesión grande en su carrera; Golden State se beneficiará de su paso en playoffs este año; los Clippers podrían ser reconstruidos y mejor dirigidos, si logran por fin terminar sus negociaciones con los Boston Celtics.
No se sabe, empero, si Ginóbili volverá, o cuánto más puede hacer Duncan.
Popovich hizo su mejor esfuerzo para pensar acerca de los logros de esta temporada. «No podría amar más a nuestros muchachos», dijo. «Lo que ellos lograron este años es algo que nadie hubiera esperado».
Pero por la forma en cómo terminó todo, no era algo que se pudiera esperar de los Spurs. Al menos no de los Spurs de siempre.
“Estar tan cerca y sentir que estás a punto de sujetar ese y verlo desaparecer es muy duro»
Manu Ginóbili
Spurs de San Antonio
“Tenemos un grupo de hombres que no se rendirán, que jugarán uno con el otro, para ellos, y realmente sienten la responsabilidad mutua»
Greg Popovich
Spurs de San Antonio
J.A. Adande
espn.com