El papa Francisco elogió el domingo a su predecesor, Benedicto XVI, por la valentía de seguir su conciencia cuando decidió retirarse en febrero.
Benedicto XVI fue el primer pontífice en 600 años en renunciar a su cargo, allanando el camino para la elección de Francisco como papa dos semanas después.
Francisco dijo el domingo a peregrinos, turistas y romanos en la Plaza de San Pedro que a través de la oración, Dios hizo entender a Benedicto XVI el paso que tenía que tomar. Con ello, definió la postura de su papado sobre el tema y abrió una ventana para que él o futuros pontífices tomen una decisión similar.
Benedicto XVI, entonces de 85 años, explicó al anunciar su intención de dimitir que sentía que no tenía la fuerza mental ni física requerida para continuar como pontífice.
La inusual renuncia consternó a algunos tradicionalistas de la Iglesia Católica, pero Francisco elogió a Benedicto XVI por seguir su conciencia «con un gran sentido de visión y valor».
«Tenemos que aprender a escuchar más a nuestra conciencia», dijo Francisco, hablando desde una ventana del Palacio Apostólico a la multitud en la plaza de abajo.
Benedicto XVI, teólogo que ahora vive en un monasterio del Vaticano, ha dicho que quiere dedicar el resto de su vida a la oración y la meditación.
El cardenal alemán llevaba mucho tiempo en el Vaticano y ya era anciano cuando fue elegido en 2005 para suceder al papa Juan Pablo II.
Benedicto XVI trabajó en estrecha colaboración con Juan Pablo II, quien comenzó su largo papado en 1978 como un vigoroso hombre atlético de mediana edad, pero que más adelante en su vida se vio afectado por la enfermedad de Parkinson, que lo debilitó cada vez más en sus últimos años antes de morir.
AP