El petróleo pareciera ser insignificante para los venezolanos. No nos preocupamos por investigar el estado actual de nuestra principal industria, ni por analizar la política petrolera del pasado y tampoco demostramos interés en discutir el futuro de los hidrocarburos. Quizá pensamos que el producto que nos genera el 96% de las divisas no requiere inversiones, tecnología y recursos humanos calificados para producirlo y que lo tendremos disponible por los siglos venideros.
Craso error. Deberíamos estar ocupados en investigar y denunciar el por qué del estancamiento de la exploración, las causas de la declinación de la producción y del daño a los yacimientos, el mal estado de las refinerías, los frecuentes accidentes y la corrupción en Pdvsa. Como ciudadanos debemos pedir cuentas a Rafael Ramírez y a su equipo y sentar responsabilidades. En este sentido Gente del Petróleo exige a la Contraloría y a la Fiscalía que den respuestas a nuestras denuncias.
Con respecto al pasado, debemos discutir la política de restricción de la producción que fue apoyada con el argumento de evitar la caída de los precios. Cuando se fundó la OPEP, en 1960, sus cinco fundadores producían algo menos de diez millones de barriles diarios. Hoy esos mismos países, Irán, Irak, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela producen un total de veintiún millones de barriles por día. Lamentablemente, todo ese aumento lo aprovecharon los primeros cuatro citados, mientras que Venezuela sigue con los mismos 2.800.000 barriles por día. Estos datos evidencian que fuimos los perdedores.
En los primeros años el argumento para no incrementar producción fue que el petróleo era un recurso escaso que había que preservar para las generaciones futuras. Cuando se evidenció que teníamos grandes reservas, los gobiernos de turno restringieron las inversiones de Pdvsa para poder atender las necesidades fiscales. La apertura petrolera fue una estrategia acertada para lograr inversión extranjera y tecnología, siempre con el debido control del Estado aunque las empresas privadas tuviesen mayoría accionaria. Los que cuestionaron esa apertura, que incluía a la Exxon y Conoco-Phillips, hoy se asocian con Cupet de Cuba y otras empresas que no aportan inversión, ni tecnología y mucho menos recursos humanos.
El futuro debe discutirse. Pensamos que Pdvsa es recuperable, pero redimensionada y, debido a su deterioro, el crecimiento de la producción tendrá que ser a través de las empresas mixtas. Pareciera conveniente colocar en el mercado un 10-20% de sus acciones, aunque algunos predican que cada venezolano debe ser propietario. Gente del Petróleo y algunas personalidades han realizado propuestas interesantes, pero no es asunto solo de petroleros, sino también de los políticos y de ciudadanos como usted amigo lector y de quien esto escribe que no somos expertos en el tema pero que estamos conscientes de la necesidad de una amplia discusión.
Eddie A. Ramirez S