Los presidentes de Nicaragua y Venezuela ofrecieron el viernes asilo a Edward Snowden, cuando parecía estancada la situación del informático acusado por Washington de espionaje.
El presidente venezolano Nicolás Maduro, heredero político del difunto Hugo Chávez, afirmó durante un acto de celebración de la independencia de Venezuela que ofrecía «asilo humanitario al joven Snowden (…) para proteger a este joven de la persecución que se ha desatado del imperio más poderoso del mundo».
Desde Managua el presidente Daniel Ortega también se pronunció por otorgar ese asilo y confirmó que la embajada de Nicaragua en Moscú ya recibió una solicitud en ese sentido por parte de Snowden.
Estos anuncios devuelven la esperanza al exconsultor de la NSA, que filtró importantes datos sobre un programa estadounidense de vigilancia de las comunicaciones mundiales.
Este sábado se conoció a través de Wikileaks, que ha brindado protección a Snowden, la presentación de solicitudes de asilo a seis nuevos países, que se suman a las 21 presentadas días atrás, pero no se especificó a cuáles. Sin embargo las opciones de Snowden se habían reducido ya que numerosos países habían rehusado otorgarle asilo.
Las ofertas de estos dos países latinoamericanos son un alivio para las autoridades rusas, enfrentadas a una situación cada vez más delicada, y reticentes a estropear por este caso sus relaciones, ya de por sí tensas, con Estados Unidos.
«Un asilo para Snowden en Venezuela sería la mejor solución. Este país tiene un serio conflicto con Estados Unidos. Las cosas no pueden ir a peor. (Snowden) no puede vivir eternamente en (el aeropuerto moscovita de) Sheremetievo», dijo el sábado en su cuenta Twitter Alexei Pushkov, jefe de la comisión de Asuntos Exteriores de la Duma, la cámara baja del parlamento.
«Rusia no quiere que (Snowden) esté ahí. Si hubiera querido otorgarle asilo, lo habría hecho inmediatamente», comentó Maria Lipman, representante en Moscú del Centro Carnegie.
La analista subrayó que el presidente ruso Vladimir Putin, un ex espía del KGB, no debe sentir mucha estima por el fugitivo, aunque haya descartado categóricamente extraditarlo a Estados Unidos.
«Putin no va a ayudar a alguien que revela secretos de Estado», aseguró Lipman.
«No tenemos ningún interés por él, nos gustaría que se fuera a otra parte», dijo por su lado Alexandre Konovalov, experto del Instituto de Evaluaciones Estratégicas.
Persisten no obstante muchas incertidumbres sobre la manera en que este joven de 30 años, cuyo pasaporte fue anulado por Estados Unidos, pueda viajar a un país de acogida sin ser interceptado por los estadounidenses.
No puede teóricamente abandonar la zona de tránsito del aeropuerto de Sheremetievo, para ir a otro aeródromo, como por ejemplo el de Vnukovo, adonde llegan o de donde salen los aviones de dignatarios extranjeros.
Tampoco existe vuelo comercial directo entre Moscú y Caracas, o Moscú y Managua, lo que lo obligaría a hacer escala en otro país, que a su vez debería darle luz verde para volver a salir.
Otro riesgo es que los países rehusen al avión que lleva a Snowden abrirle su espacio aéreo.
En efecto, el caso de Snowden desató una crisis diplomática entre el bloque de la Unasur y los países europeos, entre ellos Italia, España, Francia y Portugal, luego de que el pasado martes se le negara el uso del espacio aéreo al avión del presidente boliviano Evo Morales cuando regresaba de una reunión en Rusia, por sospechas –infundadas– de que el estadounidense podría ir a bordo de la nave.
Este incidente dio pie a una reunión de la Unasur el jueves en Cochabamba, en la que se reclamó a los países europeos involucrados que den explicaciones y se disculpen ante Bolivia por el incidente.
Estados Unidos ha reclamado a Rusia que entregue a Snowden pese a que no existe acuerdo de extradición entre ambos países.
Francia e Italia dijeron el jueves que no darían asilo a Snowden, al igual que Alemania, Brasil, Noruega, India, Polonia, Islandia, Austria, Finlandia, Holanda y España.
AFP
Los presidentes de Nicaragua y Venezuela ofrecieron el viernes asilo a Edward Snowden, cuando parecía estancada la situación del informático acusado por Washington de espionaje.
El presidente venezolano Nicolás Maduro, heredero político del difunto Hugo Chávez, afirmó durante un acto de celebración de la independencia de Venezuela que ofrecía «asilo humanitario al joven Snowden (…) para proteger a este joven de la persecución que se ha desatado del imperio más poderoso del mundo».
Desde Managua el presidente Daniel Ortega también se pronunció por otorgar ese asilo y confirmó que la embajada de Nicaragua en Moscú ya recibió una solicitud en ese sentido por parte de Snowden.
Estos anuncios devuelven la esperanza al exconsultor de la NSA, que filtró importantes datos sobre un programa estadounidense de vigilancia de las comunicaciones mundiales.
Este sábado se conoció a través de Wikileaks, que ha brindado protección a Snowden, la presentación de solicitudes de asilo a seis nuevos países, que se suman a las 21 presentadas días atrás, pero no se especificó a cuáles. Sin embargo las opciones de Snowden se habían reducido ya que numerosos países habían rehusado otorgarle asilo.
Las ofertas de estos dos países latinoamericanos son un alivio para las autoridades rusas, enfrentadas a una situación cada vez más delicada, y reticentes a estropear por este caso sus relaciones, ya de por sí tensas, con Estados Unidos.
«Un asilo para Snowden en Venezuela sería la mejor solución. Este país tiene un serio conflicto con Estados Unidos. Las cosas no pueden ir a peor. (Snowden) no puede vivir eternamente en (el aeropuerto moscovita de) Sheremetievo», dijo el sábado en su cuenta Twitter Alexei Pushkov, jefe de la comisión de Asuntos Exteriores de la Duma, la cámara baja del parlamento.
«Rusia no quiere que (Snowden) esté ahí. Si hubiera querido otorgarle asilo, lo habría hecho inmediatamente», comentó Maria Lipman, representante en Moscú del Centro Carnegie.
La analista subrayó que el presidente ruso Vladimir Putin, un ex espía del KGB, no debe sentir mucha estima por el fugitivo, aunque haya descartado categóricamente extraditarlo a Estados Unidos.
«Putin no va a ayudar a alguien que revela secretos de Estado», aseguró Lipman.
«No tenemos ningún interés por él, nos gustaría que se fuera a otra parte», dijo por su lado Alexandre Konovalov, experto del Instituto de Evaluaciones Estratégicas.
Persisten no obstante muchas incertidumbres sobre la manera en que este joven de 30 años, cuyo pasaporte fue anulado por Estados Unidos, pueda viajar a un país de acogida sin ser interceptado por los estadounidenses.
No puede teóricamente abandonar la zona de tránsito del aeropuerto de Sheremetievo, para ir a otro aeródromo, como por ejemplo el de Vnukovo, adonde llegan o de donde salen los aviones de dignatarios extranjeros.
Tampoco existe vuelo comercial directo entre Moscú y Caracas, o Moscú y Managua, lo que lo obligaría a hacer escala en otro país, que a su vez debería darle luz verde para volver a salir.
Otro riesgo es que los países rehusen al avión que lleva a Snowden abrirle su espacio aéreo.
En efecto, el caso de Snowden desató una crisis diplomática entre el bloque de la Unasur y los países europeos, entre ellos Italia, España, Francia y Portugal, luego de que el pasado martes se le negara el uso del espacio aéreo al avión del presidente boliviano Evo Morales cuando regresaba de una reunión en Rusia, por sospechas –infundadas– de que el estadounidense podría ir a bordo de la nave.
Este incidente dio pie a una reunión de la Unasur el jueves en Cochabamba, en la que se reclamó a los países europeos involucrados que den explicaciones y se disculpen ante Bolivia por el incidente.
Estados Unidos ha reclamado a Rusia que entregue a Snowden pese a que no existe acuerdo de extradición entre ambos países.
Francia e Italia dijeron el jueves que no darían asilo a Snowden, al igual que Alemania, Brasil, Noruega, India, Polonia, Islandia, Austria, Finlandia, Holanda y España.
AFP