En los últimos años internet ha transformado muchos aspectos de nuestras vidas, incluyendo la manera en la que establecemos conexiones, tanto con gente de nuestro entorno como con totales desconocidos. Ahora, la influencia de la red también se está dejando sentir en el campo de las adopciones.
En Estados Unidos, igual que sucede en otros países, las adopciones nacionales de recién nacidos -ya sea con la intermediación de un organismo público o de una agencia privada- además de ser costosas pueden demorarse años.
En el caso de las adopciones internacionales la situación es similar y para las parejas del mismo sexo muchas veces ni siquiera son una opción viable. Es por eso que cada vez son más los estadounidenses que, queriendo convertirse en padres, están dando a conocer sus casos en las redes sociales con la esperanza de encontrar a alguien que esté pensando en entregar a su hijo en adopción.
De esta manera, internet se está convirtiendo en una alternativa efectiva a las vías de adopción convencionales. Tan sólo hay que construirse un perfil en el que se den detalles de uno mismo y se explique lo que se está buscando. La audiencia a la que se puede llegar a través de páginas como Facebook o Twitter prácticamente no tiene límites.
En seis horas
Brad Letson y Brad Benton, una pareja de Silver Spring, en Maryland, son un buen ejemplo de la utilidad de la red para ver cumplido el sueño de la paternidad.
En 2009, tras haber recibido el certificado de idoneidad que exigen las autoridades y haber hecho todas las gestiones pertinentes a través de una agencia de adopciones local, fueron incluidos en una lista, a la espera de que una mujer que estuviera embarazada les eligiera como padres adoptivos.
«Una noche, cuando ya llevábamos nueve meses sin que nos llamaran de la agencia, vimos en la televisión una entrevista con una pareja que había sido localizada a través de Facebook por una madre que quería dar su hijo en adopción. En ese momento decidimos que queríamos hacer lo mismo», explican en conversación con BBC Mundo.
«Pusimos un anuncio en Facebook contando nuestro caso que incluía un vínculo a una página web que habíamos creado anteriormente. El anuncio se puede personalizar para que aparezca en las páginas de amigos de amigos y se puede seleccionar un perfil determinado de usuario al que se quiere llegar, eligiendo edad, sexo, etc…».
Para su sorpresa, seis horas después de haber publicado el anuncio recibieron un email de la que se convertiría en la madre de su futuro hijo, una joven que estaba embarazada de poco más de cuatro meses y que se estaba planteando la adopción. «Leyó nuestra historia y le gustó. Creía que, en sus circunstancias, no podría darle a su hijo todo lo que ella quería», cuentan.
«Estuvimos intercambiando emails durante dos semanas y luego hablamos por Skype durante meses. Un mes antes de dar a luz fue cuando nos comunicó oficialmente que quería darnos a su hijo en adopción».
De esto hace casi tres años. En este tiempo no han perdido el contacto con la madre biológica de su hijo Kyler, a la que ven varias veces al año y a la que el pequeño llama mamá. «Ella quería una adopción abierta y nosotros también. Hablamos con ella casi cada día. Nos sentimos afortunados de que quiera formar parte de la vida de su hijo», explican.
Advertencias
Adam Pertman, director ejecutivo del Instituto de Adpciones Evan B. Donaldson, un centro de estudios con base en Nueva York, no duda en afirmar que «internet está cambiando las adopciones de arriba abajo».
«Se tiene acceso a mucha más información y da la posibilidad de poner en contacto directo a padres y madres potenciales con personas que están pensando dar a sus hijos en adopción», señala el experto en conversación con BBC Mundo.
En cualquier caso, Pertman advierte que, aunque internet esté facilitando las cosas y abaratando los costos de las adopciones al eliminar intermediarios, hay que actuar con prudencia. «Esto no es como un mercado en el que se compran y venden cosas. Se trata de cambiar la vida de las personas y para ello es necesaria la ayuda de los profesionales, para que den consejos sobre las cuestiones legales o apoyo psicológico a los futuros padres o a las madres que van a entregar sus hijos», explica.
En su opinión, «uno de los riesgos de internet es que a veces los que quieren adoptar no se paran a pensar lo que va a necesitar». «No es bueno creer que lo puedes hacer todo por ti mismo. Los profesionales en el campo de las adopciones marcan la diferencia. Es mejor estar bien asesorado de entrada para que la adopción funcione», asegura.
Además, señala que «hay que tener cuidado para que no te estafen» ya que, como sucede en otros ámbitos, hay quienes se quieren aprovechar de la buena fe de los padres adoptivos. «Tomamos muchas precauciones, pero en el caso de las adopciones, hay personas que quieren tanto un hijo, que no actúan con prudencia», asegura el experto.
Pertman también cree que «las autoridades en EE.UU. todavía no son conscientes» de los cambios que está produciendo internet y considera que existen lagunas legislativas que deberían subsanarse.
Pero pese a los desafíos que presentan las adopciones de este tipo, para Brad Letson y Brad Benton la experiencia fue tan positiva que, un año después de adoptar a Kyler, pusieron un nuevo anuncio en Facebook para ampliar la familia.
Esta vez las cosas no han ido tan rápido y ya han pasado por dos adopciones fallidas «después de que los padres cambiaran de opinión y decidieran quedarse con sus hijos». Pese a ello, no desisten y no dudan a recomendar a todos aquellos que quieran adoptar que aprovechen el potencial de internet para dar a conocer sus historias. «No hay que perder la fe. Hay que ser constante y persistente», aseguran.