Los jugadores pasaron mucho tiempo elaborando sus previsiones durante las últimas semanas, con la esperanza de ganar el gran premio al apostar sobre el sexo, el nombre, el peso o el color del cabello del futuro rey (o reina).
Los más audaces pueden optar por un niño pelirrojo, un verdadero pequeño coloso (más de cuatro kilos y medio de peso), con un nombre de vaquero, o de futbolista Wayne una combinación improbable que ganaría millones si se hiciera realidad.
«Se constata una ligera inclinación en favor de un niño, pero la tendencia sigue siendo una niña», reveló Gary Burton, de la empresa de apuestas Coral.
En un país que adora las apuestas, la llegada del futuro heredero de la corona abrió un mercado tan espontáneo tan lucrativo
Burton aseguró que «es lo más importante que se haya visto hasta ahora, dejando de lado los deportes y las carreras de caballos. Se hicieron apuestas por el papa, la tele-realidad, pero esto supera todo».
El empleado de Coral concluyó precisando que ya se ha superado el medio millón de libras esterlinas (755.000 dólares) en apuestas, y se acercan a las 750.000 libras (US$1.130.000). «Y cuanto más progresa, más se acelera».