BEIRUT. Una bomba colocada a la vera de un camino estalló el martes al paso de una camioneta deportiva que transportaba a miembros del Jezbolá cerca de la frontera de Líbano con Siria, lo que dejó dos personas heridas en el segundo ataque contra chiíes libaneses en una semana.
Aparentemente la camioneta formaba parte de un convoy de dos vehículos del Jezbolá que se dirigía a Siria, indicó un funcionario policial, quien habló a condición de guardar el anonimato porque carece de autorización para dar informes a periodistas. Dijo también que hasta el momento se desconoce si el atentado fue un intento de homicidio, y señaló que los dos heridos fueron transportados a un hospital en Beirut en ambulancias afiliadas al grupo.
Es la consecuencia más reciente para Líbano de la guerra civil en Siria, donde aproximadamente 5.000 personas mueren cada mes a causa de la violencia, de acuerdo con las Naciones Unidas.
Líbano, desde hace tiempo preocupado por la guerra civil siria y su potencial para afectarlo, ha estado sumido en el nerviosismo desde que un poderoso coche bomba estalló el martes pasado en un bastión del Jezbolá en los suburbios del sur de Beirut e hirió a 53 personas. Para muchas personas en Líbano, el estallido confirmó los temores de que el grupo islamista respaldado por Irán, firme aliado del gobierno del presidente Bashar Assad, enfrentaría represalias por su papel, ahora ampliamente visible, de combatir junto a las tropas de Assad dentro de Siria.
La explosión del martes golpeó a la camioneta mientras avanzaba en el camino principal del poblado libanés de Majdal Anjar que conduce de Líbano a Damasco, la capital siria, a aproximadamente 1,5 kilómetros (una milla) del cruce fronterizo de Masnaa. El camino es usado frecuentemente por funcionarios libaneses de seguridad y otras autoridades libanesas que van a Damasco.
La agencia noticiosa nacional, operada por el gobierno, identificó a los heridos como Hussein Alí Bdeir y Fadi Abdul Karim. Informes de los medios de comunicación locales dijeron que ambos podrían haber sido guardaespaldas de un funcionario de Jezbolá que iba en el convoy.
Las autoridades libanesas de seguridad dijeron que aparentemente el vehículo fue víctima de una emboscada y la bomba fue detonada a control remoto. Hablaron a condición de guardar el anonimato de acuerdo con las normas. Las tomas de televisión mostraron el vehículo dañado.
Un funcionario del Jezbolá indicó que el grupo islamista carecía de información sobre la explosión.
Dentro de Siria, milicianos partidarios del gobierno sirio mataron a siete miembros de un grupo local de reconciliación cerca de la ciudad central de Homs, dijeron el martes varios activistas, y las fuerzas del gobierno mataron a nueve personas, entre ellas un niño, en un puesto de control de un suburbio de la capital.
El Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, reportó que siete hombres, entre ellos dos oficiales jubilados del ejército, eran suníes que intentaban convencer a los milicianos que abandonaran sus armas y regresaran a una vida normal. Fueron muertos el lunes en el poblado de Hajar Abyad, donde los residentes son conocidos por respaldar al régimen.
Un activista sirio, que habló a condición de guardar el anonimato por temor a las represalias, dijo que los insurgentes que atacaron el puesto de control habían sido acreditados por el comité tras haber entregado sus armas.
El Observatorio indicó que entre los muertos figuran dos militares retirados, el predicador de una mezquita y un ex alcalde.
En Qarah, suburbio de Damasco, soldados mataron a nueve personas, entre ellas un niño, en un puesto militar de control de la zona, denunció el Observatorio. Se desconoce si los muertos eran combatientes o civiles.
AP