EL CAIRO. Líderes egipcios respaldados por las Fuerzas Armadas tomaron posesión de sus cargos el martes en un nuevo Gobierno interino tras una noche de violencia en las calles, pero ningún ministerio quedó en manos de representantes de los principales grupos islamistas del país que han ganado cinco elecciones consecutivas desde 2011.
Siete personas murieron y 260 resultaron heridas en incidentes violentos registrados durante la noche, que mostraron que el país aún está lejos de la estabilidad.
En un salón del palacio presidencial, los 33 ministros del Gobierno se turnaron para jurar sus cargos ante Adli Mansur, un juez que fue nombrado presidente interino por el Ejército después de derrocar al islamista Mohamed Mursi el 3 de julio.
El jefe de las Fuerzas Armadas que derrocaron a Mursi, Abdel Fattah el Sisi, juró como viceprimer ministro interino, por debajo de Hazem el Beblawi, un economista liberal de 76 años a quien se le confió la tarea de implementar una «hoja de ruta» para restablecer un Gobierno civil y reparar la economía.
Pero el partido Hermanos Musulmanes de Mursi, que ha dicho que no tendrá nada que ver con la política hasta que éste sea restituido, rechazó el Gobierno interino como ilegítimo.
«Es un Gobierno ilegítimo, un primer ministro ilegítimo, un gabinete ilegítimo. No reconocemos a nadie en el mismo. Ni siquiera reconocemos su autoridad como representantes del Gobierno», dijo el portavoz Gehad El Haddad a Reuters.
La ceremonia de toma de posesión se celebró después de enfrentamientos entre seguidores de Mursi y fuerzas de seguridad en las primeras horas de la mañana, los peores incidentes violentos en una semana.
Dos personas murieron en un puente en el centro de El Cairo y otras cinco fallecieron en el distrito de Giza, dijo el jefe de los servicios de emergencias, Mohamed Sultan. Hubo más de 260 heridos y más de 400 detenidos.
Ningún integrante del gabinete procede de los Hermanos Musulmanes de Mursi o del partido Nur, otro grupo islamista, que juntos han ganado las cinco elecciones celebradas en los dos años y medio desde la caída del autócrata Hosni Mubarak.
Agencias