Caracas, (Especial/AA). La última vez que los familiares de Rosendo José Reinoso, de 27 años de edad, lo vieron con vida fue noche del domingo cuando el joven subió con dos hombres a una camioneta Chevrolet Blazer roja en Los Flores de Catia. Este lunes recibieron una llamada para decirles que estaba muerto con varias heridas por arma de fuego en un CDI del oeste de Caracas.
Reinoso era padre de dos niños y vivía con su pareja en Santa Teresa del Tuy. Este fin de semana compartía con sus tíos y primos cuando de un momento a otro se marchó sin decir a dónde iba.
Al recibir la noticia de que estaba muerto, sus allegados se dirigieron al CDI pero el cuerpo ya había sido llevado a la morgue de Bello Monte donde este martes lo reconocieron entre los ingresados.
Su padre, Rosendo Reinoso, pidió a las autoridades poner mano dura a la delincuencia, pues dijo que nunca se imaginó estar involucrado en una pérdida familiar a manos del hampa, noticias que leía a diario en los noticiarios pero las sentía ajenas, lejanas.
El hombre pidió a las autoridades mayor seguridad para la ciudadanía porque, a su juicio “aunque ciertamente matan a muchas personas que tienen problemas, matan a inocentes que no tienen nada que ver con la delincuencia. Será Dios quien le ponga freno a esta violencia”, dijo.
Al testimonio del padre de Rosendo Reinoso, se contrapuso el de su tía, Joancelys Acosta, quien aseguró que su sobrino estaba en malos pasos. La mujer contó que el muchacho había mostrado una conducta intachable, al punto que prestó servicio militar y tuvo a sus dos hijos, pero desde que cayó en las malas juntas todo cambió.
La mujer señaló que la familia sospecha que las personas que lo condujeron a la camioneta forman parte de ese círculo de amigos que llevó a su sobrino a desviar su conducta y ganar enemigos.
Hizo un llamado a los jóvenes que pierden sus vidas por las drogas y las malas amistades. “Hay que orientar mucho a los muchachos para evitar que caigan en ese mundo y a la final pedirle a Dios. Nosotros creemos que fueron las drogas las que llevaron a mi sobrino por esos caminos”, comentó.