Más de dos millones de jóvenes de todo el mundo asistirán al lanzamiento de su «evangelio social» en Río de Janeiro durante la 28º Jornada Mundial de la Juventud
Jorge Mario Bergoglio vuelve mañana a América Latina, pero como papa Francisco, para la que ya «bautizó» como la «semana de la juventud», y a la que se espera que asistan más de dos millones de jóvenes de todo el mundo.
Este domingo en la vigilia del viaje y ante varias decenas de miles de personas reunidas en la plaza de San Pedro para el rezo del ángelus, el Obispo de Roma pidió a los fieles que le «acompañen espiritualmente con las plegarias» durante el mismo.
Francisco afirmó que en Río habrá tantos jóvenes de todo el mundo que la JMJ en realidad es la «Semana Mundial de la Juventud», en la que los protagonistas serán los muchachos, a los que animó a que pregunten a Jesús «qué tienen que hacer con sus vidas, que quiere de ellos, cual es el camino que deben tomar».
El pontífice pidió también la intercesión de María, «tan amada y venerada en ese país» (Nuestra Señora de Aparecida es la patrona de Brasil y la visitará en su santuario el día 24) y puso en sus manos «esta nueva etapa de la gran peregrinación de jóvenes» por el planeta.
En los últimos días el papa Bergoglio no ha cesado de referirse a la JMJ de Río de Janeiro y ayer se trasladó desde el Vaticano a la basílica de Santa María la Mayor de Roma para pedir ante la imagen de la Virgen «Salus popoli romani» su protección,ante la que rezó más de media hora, hizo una ofrenda de flores y encendió un cirio con el emblema de la JMJ.
El pasado 19 de julio Francisco visitó al papa emérito Benedicto XVI para pedir que le acompañe con sus plegarias durante esta JMJ, que fue convocada por Ratzinger al término de la que se celebró en Madrid en agosto de 2011.
Esta es la primera JMJ -creada por Juan Pablo II en 1984- que preside Francisco, que la «hereda» de Benedicto XVI, que tenía previsto asistir, pero renunció al papado el pasado 289 de febrero.
Este es el segundo viaje del pontificado de Bergoglio, tras la visita que realizó a la isla italiana de Lampedusa el 8 de julio para reunirse con inmigrantes indocumentados, y el primero internacional, que asume un mayor significado ya que Francisco vuelve a su continente de procedencia.
Francisco partirá de Roma acompañado de su «primer ministro», el secretario de Estado,el cardenal Tarcisio Bertone, y del Sustituto de la Secretaria de Estado («número tres» del Vaticano), el arzobispo Giovanni Angelo Becciu.
En Brasil, el papa visitará un hospital para jóvenes indigentes, drogadictos y alcohólicos, y la comunidad de Varginha, en el complejo de favelas de Manguinhos, lugar hasta finales del pasado año controlado por bandas de narcotraficantes.
Allí viven unas 2.000 personas y el papa tiene previsto caminar por la favela, entrar en una casa para saludar a sus habitantes y después reunirse con la comunidad en un campo de fútbol.
Francisco no es el primer papa que visita una favela, pues ya lo hizo también Juan Pablo II durante una de sus visitas a Río.
Francisco es el tercer papa que visita Brasil. Juan Pablo II lo hizo en cuatro ocasiones y Benedicto XVI una.
EFE