“Nuestro compromiso con Caracas es devolverle su esplendor y acabar con la exclusión social que genera tanta violencia” afirmó el presidente de la Fundación Arturo Úslar Pietri (FAUP), Antonio Ecarri, sobre el 446 aniversario de la ciudad. “Nuestro regalo para Caracas es junto al pueblo: el compromiso firme y colectivo de darle a la capital su transformación, que la lleve de una ciudad de violencia y llena de exclusión a la Ciudad Educadora de América Latina. Es un compromiso patrio”.
Ecarri aseguró que con Caracas existe una inmensa deuda social, “pasan los gobiernos de un lado y de otro, pero Caracas sigue abandonada. Quienes han gobernado en los últimos años se han dedicado a la politiquería y no han resuelto las grandes deficiencias que Caracas y sus habitantes viven a diario. No basta con arreglar fachadas del centro, no basta con remozar la Casa del Libertador, no basta con pañitos caliente”.
Explicó que la capital del país sigue siendo la primera víctima del centralismo, “todos los Poderes Públicos están dentro de la ciudad pero los problemas se agravan en sus alrededores. Se acuerdan de ella solo cuando hay campaña electoral”.
El presidente de FAUP agregó que la Ciudad Educadora es aquella donde cada espacio esté destinado para la educación y la formación de ciudadanía. “Nuestro programa Las Casas del Lápiz, son un primer paso hacia la Ciudad Educadora. No es un proyecto, es una realidad. Comunidades llenas de violencia como El Guarataro y Los Eucaliptos en San Juan tienen ahora un espacio donde los caraqueños se forman en oficios productivos. Estamos empoderando a las comunidades y rompiendo las paredes de la pobreza. Como lo advirtiera Simón Rodríguez, para que exista ciudad se necesitan formar a los ciudadanos, para que logremos progreso requerimos sembrar educación”.
Antonio Ecarri dijo que hoy existen dos ciudades gracias al colapso y la ineficiencia. “Y es la ‘ciudad del oeste’ la que merece todo nuestra atención, tenemos que rescatarla porque en ella reposa nuestra historia, nuestros principios y valores como venezolanos. Queremos que los caraqueños caminen tranquilos, sin miedo, por las calles de Caracas y puedan disfrutar de sus aceras, plazas y espacios públicos. Sentir orgullo de su ciudad, sin creer además que se trata de un favor o de un premio”.