El nuevo liderazgo venezolano de oposición tiene sin duda en Henrique Capriles un gran referente. Su figura insurgió desde que comenzó a darse a conocer como alcalde de Baruta y luego gobernador. La campaña interna lo fortaleció y le permitió en menos de ocho meses volver a ser candidato presidencial.
Su última gestión como candidato es hasta la fecha su momento más estelar. Estuvo a punto de lograr el objetivo y de no ser por las desventajosas condiciones en las compitió, hoy quizás fuera el presidente de la República.
A Capriles no solo le tocó combatir contra el sentimiento chavista adolorido, sino también contra toda la maquinaria del Estado con experiencia suficiente en el manejo electoral y las múltiples irregulares acciones electorales que fueron determinantes en el resultado final.
Se podrá o no estar de acuerdo con estas apreciaciones, pero es innegable que el esfuerzo hecho, más el desgaste de 14 años sin soluciones reales, estuvieron a punto de lograr el quiebre, que para muchos analistas es cuestión de tiempo.
Buscar oxígeno
Maduro, aunque no se ha dicho, representa de alguna manera el liderazgo emergente del chavismo y a pesar de que estuvo a la sombra del comandante era y desde luego es, la mejor carta de la revolución frente a la crisis.
En contraste ambos líderes corren su riesgo de permanencia.
Capriles necesita urgentemente resultados y una nueva agenda que le permita oxigenarse y Maduro también, con la excepción de que su agenda es de gestión y está mas expuesta al desgaste por las mismas vicisitudes del poder que confronta una profunda crisis de eficiencia.
Cuando hablamos que ambos necesitan resultados, nos referimos puntualmente a las próximas elecciones las cuales son una especie de referendo y confirmación de los hechos en disputa.
Si como dicen las encuestas la oposición gana 100 alcaldías de las ciudades más importantes del país, estaría afianzando el discurso bandera de Henrique Capriles dando la fuerza contundente a su tesis de que fue despojado de su triunfo electoral, lo cual no solo dejaría muy mal parado al gobierno, sino que también podría generar un efecto adverso en la percepción del colectivo chavista que ya bastantes problemas tiene con el hecho de haber escogido a dedo sus candidatos a alcaldes y concejales, además ello pondría en ascuas ese liderazgo emergente y avivaría los instintos de otros líderes revolucionarios que están como caimán en boca de caño esperando espacios para conquistar posiciones con lo cual se desatarían unas superlativas pasiones internas que muchos prefieren evitar.
A Capriles, ya hemos dicho, una victoria municipal lo repotencia, pero ¿qué ocurre si la oposición no sale bien parada en las elecciones? o en el peor de los casos estas se suspenden hasta nuevo aviso.
Si a Maduro lo esperan como caimán en boca de caño, Capriles también va a encontrar quien lo aseche y en justa aspiración por personas que también encarnan el nuevo liderazgo como Leopoldo López o María Corina Machado.
Hablar de esto no especular, es sencillamente entender que la política es así, dinámica, tenaz y cambiante, de manera que quienes han abrazado esta actividad deben hilar muy fino y saber desenvolverse cuidando al pelo todo los detalles.
Como colectivo también es determinante el resultado electoral. Una nueva derrota para la oposición sin posibilidad de revancha a la vista será una nueva causa de desaliento y para el gobierno el mismo escenario confirmará la tesis de muchos de que esto comienza a desmoronarse.
Como ven, nos es fácil el ejercicio político en tiempos de la quinta república y tampoco queremos dar por decretado que los líderes que hoy dominan tanto la oposición como el gobierno no tengan la capacidad para sobreponerse a las adversidades, pero son factores de riesgo cuando se escala la cúspide, que para muchos es el techo y para otros es sencillamente una escala para seguir avanzando.
Los días por venir darán mucha tela para cortar.
ARENA Y CAL
BOCHE CLAVAO. Para el momento de escribir esta columna aún el Psuv no había anunciado sus candidatos a alcaldes y concejales y es probable que cuando usted esté leyendo ya se haya producido el hecho, pero lo último que me dijeron fue que última hora bocharon a Cruz Ortíz por Thais Oquendo en Zamora… pero como decía Ali Khan en las narración de sus carreras, Ortíz podría volver por dentro…
EL GRAN problema que confronta el Psuv no es precisamente con los candidatos a alcaldes, sino con la selección de concejales. Es ahí donde mas descontento hay sobre todo entre quienes fueron excluídos. Y no es tema para desestimarlo porque es prácticamente generalizado en todo el país.
OTRA QUE podría quedar por fuera es Caterina Macario. Al parecer UNT quiere apostar al liderazgo joven y fresco de Diego Scharifker. La decisión es de la dirección nacional.
CORRE el rumor que Elpidio Echenique «El Jumbo» también amenaza con lanzarse en Eulalia Buroz. En Pedro Gual aún persiste el desacuerdo con José Apolinar.
EL COLEGA Wilmer Suárez fue muy claro y específico con el caso del municipio Tomás Lander y el candidato de la MUD. No está clara la situación.
PJ YA CONCLUYÓ su maqueta de concejales a nivel regional, salvo algunas excepciones. Roberto Rojas volvió a aparecer en los listados encabezando Guaicaipuro, donde por cierto Ricardo Fiore anuncia su candidatura a la alcaldía del municipio capital por fuera de la MUD.
EN LOS SALIAS la concejal Inmer Parra buscará la reelección apoyada por grupos independientes, mientras que el PSUV habría decidido la candidatura de Mariana Saenz.
EN CARRIZAL por ahora se respira sana paz con el tema de las concejalías. Allí la MUD anda sin contratiempos y el oficio de José Luis Rodríguez opera de maravilla.
Y AL TÉRMINO de esta columna nos vuelven a decir ¿Y si no hay elecciones?. Escribo los jueves y no tengo bola de cristal para saber lo que sucederá hoy… Pero si son aplazadas resurgirán los demonios opositores. Tiempo al tiempo.
Jairo Cuba