“La necesidad de una nueva autopista entre Caracas y El Litoral está fuera de discusión, pero la premura y el secretismo suelen desembocar en la toma de decisiones erradas: el remedio podría terminar siendo peor que la enfermedad”, así lo expresaron Celia Herrera, coordinadora de la Comisión de Transporte y Vialidad de la Unidad Técnica de la MUD y Marcos Negrón, coordinador de la Comisión de Desarrollo Urbano y Vivienda
Los representantes de la Unidad indicaron que lo profesionalmente ortodoxo y políticamente responsable habría sido que el Gobierno, tras analizar alternativas conceptuales derivadas de estudios básicos preliminares, hubiera seleccionado la solución que considerara más conveniente y procediera a licitar las obras o, en caso de acuerdos entre Estados, asignarlas directamente. Pero nunca se debería otorgar una buena pro o convenir una obra sin tener idea de lo que se desea.
“Sorprende que este proceder ortodoxo no se aplicara para una obra de gran envergadura como la nueva Autopista a La Guaira y en cambio se la adoptara, en fecha no muy lejana, para contratar una menor como es la prolongación de la Av. Boyacá hasta Macayapa”, apuntaron.
Sobre este particular, rechazaron que a los venezolanos no se les ha permitido saber algo del proyecto adelantado por la empresa seleccionada, desconocen el trazado, inversión, fuentes de financiamiento y otros muchos detalles que un gobierno realmente democrático y participativo daría a conocer a las autoridades municipales y regionales así como a la ciudadanía en general.