MEXICO. Tres presuntos miembros del cartel de las drogas de Los Caballeros Templarios fueron detenidos en conexión con el asesinato de un alto oficial de la Armada mexicana y su escolta en el estado occidental de Michoacán, informaron las autoridades el lunes.
El presidente Enrique Peña Nieto prometió que el ataque no quedará impune. «Trabajaremos con toda la celeridad para detener y poner a disposición de la justicia a todos los responsables», dijo el mandatario un día después del crimen.
El procurador general de la República, Jesús Murillo, informó que tras el asesinato el domingo del vicealmirante Carlos Miguel Salazar en una carretera de Michoacán se dio una alerta que permitió la captura de tres hombres.
Los asesinatos del asesinato del vicealmirante y su escolta representaron un ataque inusual a altos mandos de la Marina, pero hasta ahora parecía ser resultado de una serie de trágicas coincidencias más que un plan previo para matarlos.
Los detenidos dijeron haber participado en el ataque, en el que también resultó herida la esposa del vicealmirante y su chofer, y que recibían un pago de 7.500 pesos (unos 591 dólares) por cometer robos, secuestros y extorsiones, dijo Murillo.
Salazar era el comandante de mayor rango de la Marina en el estado de Jalisco, vecino a Michoacán, ambos con costas en el Pacífico.
El procurador, quien no aceptó preguntas de la prensa, dijo que el vicealmirante no iba uniformado y regresaba desde la ciudad de México hacia Jalisco después de haber visitado a familiares.
El ataque en el camino rural de Michoacán mostró cómo ese estado se ha salido de control, en momentos que la ofensiva del gobierno se ha topado con la residencia del cartel de Los Caballeros Templarios.
Salazar, su esposa, el conductor y el escolta regresaban de visita a la familia del vicealmirante cuando se encontraron con una protesta que había cerrado la carretera principal que lo llevaría a Jalisco.
Al ver la protesta, y en lugar de esperar por al menos dos horas a que la vía fuera reabierta como hicieron docenas de otras personas, el vicealmirante decidió tomar hacia el camino rural de dos carriles para tratar de llegar a su destino.
«Decidió tomar una ruta alterna para llegar a tiempo a sus labores, por lo que siguió un camino secundario con ese propósito», dijo Murillo.
Sin embargo, Michoacán se ha visto afectada por la violencia del narcotráfico con al menos media docena de emboscadas a convoyes de la policía federal la semana pasada.
Además, el bloqueo del domingo a la carretera por la que viajaba el vicealmirante no era cualquier tipo de protesta.
Un reporte de un diario en Michoacán vio a algunos manifestantes, varios de ellos taxistas y conductores de autobuses, que sostenían pancartas en los que se pedía que salieran las fuerzas federales del estado. En el pasado, las autoridades han señalado a Los Caballeros Templarios de organizar protestas de ese tipo.
El vocero del gobierno federal en materia de seguridad, Eduardo Sánchez, dijo el lunes que no parecía probable que la manifestación haya sido organizada sólo para interrumpir el traslado del vicealmirante, sino más bien en respuesta al reforzamiento de las operaciones del gobierno federal en Michoacán desde hace dos meses luego de que algunos habitantes se alzaran en armas y formaran autodefensas para enfrentar las extorsiones y abusos de Los Caballeros Templarios.
La camioneta del vicealmirante no estaba blindada.
Murillo dijo que una primera camioneta le cerró el paso al vehículo y luego llegó otra y comenzaron a dispararles.
Mark Stevenson / AP