Los líderes de la ALBA, grupo que reúne a países críticos de Washington, buscan recobrar fuerza tras la muerte de Hugo Chávez con una cumbre este martes en Guayaquil, donde discuten acciones contra el «imperio del capital» y el espionaje de Estados Unidos.
La ALBA «es antiimperialista, pero el imperio que domina al mundo, incluso a países hegemónicos, es el imperio del capital. Esta es la nueva lucha antiimperialista», declaró el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en la apertura de la cita de un día.
El encuentro de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el primero que se realiza sin Chávez, impulsor del bloque conformado en 2004, también delineará una posición común frente al plan estadounidense de vigilancia global revelado por el excontratista Edward Snowden.
«Los que nos hablan de seguridad jurídica son los que nos quitan la mayor de las seguridades: la seguridad de la intimidad, la seguridad de las comunicaciones adecuadas, discretas entre seres humanos», dijo Correa.
Snowden, acusado por Washington de espionaje, ha recibido ofertas de protección de Venezuela, Bolivia y Nicaragua, mientras espera en un aeropuerto de Moscú que Rusia responda a un pedido de asilo.
A incios de mes, el avión del presidente boliviano Evo Morales fue impedido de sobrevolar España, Italia, Portugal y Francia, en un viaje de regreso desde Rusia, bajo sospecha de que llevaba a Snowden, lo que derivó en un duro reclamo diplomático de varios países sudamericanos.
Contra el «imperio del capital»
Otro de los puntos planteados por Ecuador «como prioritarios» es la lucha conjunta contra los centros internacionales de arbitraje que, según Correa, pueden quebrar a los Estados con sus fallos a favor de multinacionales.
«Estas son las cosas para las que sirve la integración, para actuar en conjunto. Solos, el capital trasnacional nos puede liquidar», afirmó
Al aludir al caso ecuatoriano, Correa dijo que el país podría ir a la quiebra por cuenta de dos millonarios pleitos con las petroleras estadounidendes Occidental y Chevron, que están siendo ventilados en tribunales internacionales.
Junto con Correa y Morales llegaron a Guayaquil los mandatarios de Venezuela, Nicolás Maduro y de Nicaragua, Daniel Ortega, además de cancilleres y representantes de ocho países miembros e invitados.
Creada hace nueve años por los entonces presidentes Hugo Chávez y Fidel Castro, la ALBA también reúne como socios a Cuba, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, y Santa Lucía.
Esta cumbre de Guayaquil surge de la «necesidad de realzar una alianza que es bastante frágil» porque siempre estuvo atada al «personalismo de Chávez», dijo a la AFP Andrés González, politólogo y profesor de Relaciones Exteriores de la Universidad San Francisco de Quito.
Los países miembros buscan «enviar un mensaje muy claro: la ALBA sí funciona y tiene un peso político», agregó.
A su llegada a Guayaquil (suroeste), el presidente Morales adelantó que en la cumbre debatirían «cómo fortalecer nuestra alianza bolivariana, cómo retomar esa tarea que nos ha dejado el compañero Hugo Chávez».
También se refirió a la necesidad de discutir «profundamente» sobre la recién creada Alianza del Pacífico, conformada por Chile, Colombia, Perú y México, y que es vista por miembros de la ALBA como un intento de reflotar un área de libre comercio en la región.
Previo a la cumbre de este martes, Morales y Correa sostuvieron un encuentro en Quito la semana pasada, en el que criticaron abiertamente la Alianza del Pacífico.
«Mientras yo sea presidente, Ecuador no entrará en ninguna de estas aventuras», declaró Correa, cuyo país a diferencia de Bolivia tiene acceso al océano Pacífico.
Durante la jornada, los mandatarios y representantes de la ALBA sesionarán a puerta cerrada, suscribirán una declaración conjunta y ofrecerán una rueda de prensa.
AFP