Desde que llegamos al Cabildo Metropolitano de Caracas, nos hemos dedicado a tratar de tender puentes de diálogo con las autoridades del Municipio Libertador y del Distrito Capital, muchas de nuestras invitaciones han sido desoídas, imaginamos que tratan de convertirse en sordos
Alejandro Vivas
Esta semana, Caracas, la sultana del Ávila arribó a sus 446 años de existencia, entre la desidia, el caos y la falta de respuestas eficientes por parte del Gobierno Nacional. Los regalos que ha recibido nuestra capital de parte de la administración del Psuv no han generado resultados positivos importantes y eso tiene una razón.
Podríamos medir al BusCaracas como una infraestructura que brindaría a los caraqueños el regalo de una mejor circulación para cruzar de norte a sur nuestra ciudad (conexiones tan necesitadas en nuestro día a día) pero al evaluar su desempeño y la forma como fue desarrollada la obra, podemos decir que dejaron a los caraqueños un sistema precario, con muchas deficiencias.
También podríamos ver con buenos ojos, la refacción y recuperación de algunas estructuras del centro histórico, El Teatro Municipal, la Casa del Libertador, por sólo nombrar algunas. Ciertamente esta política le ha dado una nueva vista a Caracas, pero no aborda uno de los problemas fundamentales que afecta a la ciudadanía, como lo es la deshumanización de sus espacios, es un primer paso en la dirección correcta, pero finaliza donde termina el Municipio Libertador.
Pareciera que tanto las autoridades del Distrito Capital, como del Municipio Bolivariano Libertador, siguen pensando que la entidad es una isla, y que ellos pueden resolver sus problemas de forma aislada e individual, actúan sin ver las consecuencias sobre los otros municipios. Le están regalando a Caracas mezquindad política.
La verdad, es que Caracas hace muchos años extendió sus límites geográficos, rebasó la barrera del Valle y comenzó a integrarse a otras pequeñas poblaciones, Chacao, El Hatillo, Sucre y Baruta, ahora son una parte integral y fundamental de nuestra Caracas. Los mismos caraqueños nos movilizamos y vivimos sin percatarnos de la división política territorial de la ciudad capital. Un petareño se siente tan caraqueño como cualquiera y puede estar trabajando en el Municipio Libertador y divertirse en Baruta.
Teniendo esto presente el mejor regalo para la Sultana del Ávila, no pude ser otro, más que la coordinación. Sí, esa palabra que pareciera causar temor y resquemor en los dirigentes y voceros del Partido Socialista Unido de Venezuela, que es quien por ahora, dirige el destino del Distrito Capital.
Desde que llegamos al Cabildo Metropolitano de Caracas, nos hemos dedicado a tratar de tender puentes de diálogo con las autoridades del Municipio Libertador y del Distrito Capital, muchas de nuestras invitaciones han sido desoídas, imaginamos que tratan de convertirse en sordos.
Nuestra idea es y será la construcción y desarrollo de políticas Metropolitanamente Integradas, que permitan a los cinco municipios resolver de forma eficiente sus problemas, sin generar daños o consecuencias negativas a sus vecinos, además de permitir un trabajo mancomunado que abarataría costos a los municipios, y brindaría beneficios en corto tiempo a los caraqueños.