A semanas del regreso a clases en Venezuela, librerías y papelerías participaron en la subasta de dólares del gobierno en un intento por responder a la demanda, ante la escasez y encarecimiento de libros y material escolar provocado por el férreo control de cambio.
«La gente pregunta y digo ‘No hay’, es la frase más repetida. A ver si con la subasta mejoran las cosas. Casi todo es importado y cada vez que llega algo nuevo, aumenta de 20% a 30%», se lamentó Anthony Jaimes, empleado de una cadena de librerías de Venezuela.
Resultado del control de cambio en vigor desde 2003, la compra de dólares al precio oficial de 6,30 bolívares por dólar es sólo a través de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi).
En el mercado paralelo el billete verde se llega a quintuplicar y para los editores, «no es negocio» ese nivel, comentó este jueves a la AFP Ricardo Acevedo, vicepresidente de la Cámara Venezolana del Libro (Cavenlibro).
Ante la escasez de divisas en la economía, que propició un repunte de la inflación y desabastecimiento, el gobierno puso en marcha subastas de dólares para particulares y empresas a través del Banco Central. Ya suman tres en este año por montos de unos 200 millones de dólares, a las que son convocados los sectores de acuerdo con sus necesidades.
«La situación editorial es crítica porque los dólares del gobierno para importaciones ha sido reducido desde 2012, y en el caso de mi editorial no obtuvimos nada en la subasta», dijo Acevedo.
¿Novedad literaria?
El hermetismo rodea las subastas. El miércoles se adjudicaron dólares a 80 firmas de librería y papelería, pero no se revelaron ni la cantidad, ni el precio de venta, ni los beneficiados. Los analistas estiman que ha rondado los 11 bolívares por dólar, para muchos una nueva devaluación de la moneda venezolana.
«Pedimos 21.000 dólares para importar libros de texto de inglés, ofrecimos un precio de 11 y no entiendo que nos rechazaran», añadió Acevedo, directivo de una editorial trasnacional especializada en textos escolares.
Mediante Cadivi, explicó Acevedo, a los importadores de libros se les autoriza en promedio entre 8% y 12% de lo que solicitan, además de que el trámite puede tardar hasta tres meses y llegar la mercancía puede llevar otros tres meses.
«Un libro de éxito en España o México, como «Cincuenta sombras de Grey» – de la británica E.L. James – o las novelas de Dan Brown, pueden tardar medio año en llegar. En abril solicité la importación y los dólares, pero no me autorizaron sino hasta junio y sólo el 10%. Las novedades que salieron después no las tendré» porque no se puede modificar la lista de los títulos autorizados, dijo Acevedo.
A consecuencia de ello, florecen pequeñas editoriales independientes, como Punto Cero, Lugar Común o Cyngular, que editan sobre todo a autores venezolanos.
Material escolar al doble
En estos días en Venezuela lo más buscado son los textos escolares. En cuestión de minutos, Jaimes ha despachado de su librería, sin vender nada, a media decena de clientes.
«Ya recorrí cuatro librerías y no los encuentro», dijo con una lista en la mano Richard Pupilo, informático de 45 años con dos hijos en la escuela primaria, quien se queja de que los precios de otros útiles escolares son «el doble del año pasado».
El mercado de papelería está dominado por firmas colombianas y venezolanas, que sin embargo requieren importar insumos papeleros.
«Mis precios están entre 60% y 70% más caros que el año pasado», comentó Laura Rondón, de la papelería Copy y Más de Caracas, donde también vende bisuterías, juguetes y baratijas para diversificar su mercancía.
«Se me acaba un producto, como cuadernos, y cuando vuelvo a comprar mi ganancia anterior no me alcanza porque todo viene mucho más caro, por eso vendo otras cosas», añadió Rondón, quien para no perder clientes arma paquetes de material que las madres de familia pagan cada quincenalmente.
Las escuelas públicas distribuyen libros de texto gratuitos en la primaria, pero los padres deben comprar cuadernos y otros artículos.
Rondón estima que surtir a un alumno de escuela privada cuesta unos 5.000 bolívares (793,6 dólares a precio oficial, cinco veces menos en el mercado negro). En el caso de las escuelas públicas, lo estima en unos 1.500 (238 dólares a precio oficial).
AFP