El presidente de la República, Nicolás Maduro, y el gobernador de Miranda, Henrique Capriles encabezarán este sábado marchas simultáneas de sus seguidores en distintos sectores de Caracas, en un nuevo pulso político que libran bajo el argumento de la lucha contra la corrupción.
«Yo el sábado me lanzo a la calle con todo el pueblo en la gran marcha contra los corruptos y contra la corrupción. Vamos a la calle a ganar el derecho a una democracia decente», anunció este jueves el mandatario, durante una reunión de ministros en el Palacio de Miraflores.
«Como un ciudadano más me sumo a la convocatoria que se está haciendo el sábado a las 10 am desde Plaza Venezuela hasta la avenida Universidad y la avenida México», dijo Maduro, al reiterar la invitación hecha por el presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, el miércoles por la noche.
Por su parte, los dirigentes opositores llamaron a una concentración desde el elevado de Los Ruices hasta Chacaíto, por lo que las manifestaciones no coincidirían en sus rutas.
Capriles había llamado inicialmente a una concentración para el sábado solo en Caracas, pero amplió la convocatoria a otras regiones del país.
«La concentración del sábado va! Está prevista en varios estados! Vamos a informar en las próximas horas!», informó en su cuenta de Twitter.
La marcha opositora protestará porque la mayoría oficialista del Parlamento retiró, según Capriles por «persecución política», la inmunidad del diputado opositor, Richard Mardo, acusado por el gobierno de presunta defraudación tributaria y blanqueo de capitales.
Maduro calificó este jueves a la oposición de «cúpula podrida» y aseguró que el caso de Mardo es «solo la punta del iceberg».
La última marcha de la oposición se dio a finales de junio, cuando estudiantes y profesores universitarios exigieron mejoras salariales. En esa ocasión, también el gobierno convocó una manifestación en apoyo a las políticas educativas. Ambas transcurrieron sin incidentes.
Maduro dice librar una lucha anticorrupción de «mano dura», por igual contra chavistas y opositores, a los que llama «derecha corrupta»; pero la oposición considera que se trata de maniobras para cercarla y aniquilarla.
AFP