En un pequeño pueblo de Austria, ubicado a sólo 20 minutos de Suiza, más de 2.000 personas -que representan casi un tercio de su población- se dedican cada día a elaborar, bajo maquinarias de la más avanzada tecnología, cada una de las piezas que luego en Venezuela (y en otras partes del mundo) ensamblan grandes proyectos de infraestructura.
En nuestro país, el sello de la empresa austríaca Doppelmayr, el principal constructor de sistemas de transporte tipo teleféricos en el mundo, está en el Teleférico de Mérida, que será reinaugurado en julio de 2014, tras un proceso de modernización que comenzó hace tres años; los sistemas de metrocables San Agustín y Mariche, puestos en funcionamiento en 2009 y 2012, respectivamente, así como el Cabletrén Bolivariano de Petare, próximo a iniciar operación comercial en el este del Área Metropolitana de Caracas.
Estos últimos proyectos, iniciativa del comandante Hugo Chávez, sirven a sectores populares y les ayudan a transportarse de manera rápida y cómoda.
Ahora, el Estado venezolano se ha planteado asociarse en empresa mixta con Doppelmayr, que desarrolla estos sistemas desde hace 120 años, para crear en el país una fábrica de partes y repuestos para estos aparatos.
Para ello, el ministro para el Turismo, Andrés Izarra, visitó este domingo la principal planta del grupo, en Wolfurt, Austria, un espacio de 25.000 metros cuadrados donde conoció el proceso de fabricación de estos aparatos junto con el presidente del consorcio, Michael Doppelmayr, y los directores de la empresa.
«El mercado venezolano es el más importante de América del Sur para nosotros», dijo el jefe del grupo, que en septiembre presentará el proyecto para la extensión del teleférico del cerro Waraira Repano, desde el Hotel Humboldt hasta la población de Macuto, en el Litoral Central.
Ya hace casi cincuenta años, esta misma empresa se encargó de la construcción del teleférico desde Maripérez hasta el Humboldt.
24 meses se demora la elaboración de todos los componentes de un sistema de teleférico.
Doppelmayr explicó que proyectan para la conexión Humboldt con Macuto una capacidad de transportar 3.000 personas en cada sentido, con la posibilidad de desenganchar la cadena del cable al llegar a la estación, lo que da a los pasajeros mucho tiempo para embarcar y desembarcar. Podría, indicó, extenderse por tres kilómetros.
Además, son cabinas que ofrecen comodidad a sus pasajeros, con ventilación y asientos confortables para ocho personas.
Por la industrialización
Izarra resaltó que luego de que esté listo el proyecto de ingeniería de detalle se entrará en la negociación de los costos.
«No es sólo la construcción del teleférico sino la recuperación de las estaciones intermedias, según las diseñó (el arquitecto del Humboldt) Tomás Sanabria, y la edificación de un parque recreacional que permita desahogar la carga excesiva que tenemos en el Waraira Repano», expresó.
«Es un proyecto integral que estamos concibiendo y, en ese ámbito, también estamos trabajando con Doppelmayr para dar una solución viable, pensada no solamente como conexión de entretenimiento y recreación, sino como alternativa de transporte masivo que conectará Macuto con Maripérez en 45 minutos en un sistema eficiente y rápido», agregó.
Ahora, el proyecto de la empresa mixta constituye un paso hacia el objetivo de industrialización del país. «Un teleférico se compone de dos terminales, que se construyen aquí en Austria, y las torres y estructuras se pueden producir en todo el mundo, también en Venezuela», comentóel ministro durante el recorrido por la principal factoría del consorcio austríaco, que cuenta con tres en este país y otras seis en diversas partes del planeta.
Tan sólo en Wolfurt se procesan entre 10.000 y 15.000 toneladas de acero al año, para producir los componentes de los sistemas que, además, son medios de transporte muy seguros, con cifras impresionantes: un solo accidente entre mil millones de personas.