La neumonía es una complicación grave derivada de la enfermedad neumocócica causada por la bacteria Streptococcus pneumoniae (neumococo). Entre otras complicaciones están la meningitis, infecciones del oído medio y sepsis(2). La neumonía mata a más niños que cualquier otra enfermedad, más que el SIDA, la malaria y el sarampión juntos.
De acuerdo con la OMS, la enfermedad neumocócica es una de las principales causas de muerte prevenible por vacunación en el mundo, y es la responsable de hasta un millón de muertes en niños menores de cinco años de edad(2). En América Latina, cada 60 minutos ocurren 5 muertes y 25 hospitalizaciones debido a complicaciones asociadas únicamente con neumonía neumocócica(2).
El Dr. Alejandro Cané, especialista en Pediatría e Infectología Pediátrica y miembro de la Comisión de Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología, describe al neumococo como una bacteria inteligente, democrática y universal. “Es capaz de modificarse, tiene más de 90 tipos de bacterias que hacen muy compleja la fabricación de una vacuna. Asimismo, afecta a todas las edades sin importar condición social y no reconoce fronteras, va de un país a otro produciendo mucha enfermedad”.
De igual forma, el uso intensivo de antibióticos a nivel mundial ha provocado que muchas cepas del neumococo se vuelvan cada vez más resistentes a los medicamentos(2). Lo que significa que en muchos casos estos padecimientos son difíciles de tratar, y hace que la vacunación cobre más importancia para la prevención de estas enfermedades.
“Después del agua potable, las vacunas son la medida de salud pública más exitosa de los últimos 200 años, pues han cambiado la historia de vida de la humanidad”, afirma el Dr. Cané y explica que el neumococo vive en la nariz y garganta de las personas, habitualmente en los niños menores de 2 años de edad.
En ese sentido, agrega que estos niños se encargan de distribuir el neumococo en la comunidad. “Si tengo una vacuna que es capaz de eliminar la bacteria de la nariz y garganta, ese niño no se va a enfermar e indirectamente protege a su papá, tío y abuelo. Se produce un efecto rebaño”.