¿Cómo se hace para visitar 201 países y territorios sin tomar un avión? Hay que preguntarle a Graham Hughes.
Este inglés, nacido en Liverpool hace 34 años, busca esta semana que el Guinness World Records lo reconozca oficialmente como el primero en lograr tal hazaña, algo «absolutamente increíble», asegura.
«Sabía que lo podía hacer»
Con un presupuesto de US$100 a la semana, Hughes se lanzó a la aventura el 1º de enero de 2009 y la completó a fines del año pasado.
Lonely Planet, National Geographic y la BBC han transmitido distintas partes de su viaje, pero no le dieron apoyo financiero. «Siempre quise visitar todos los países del mundo», le dice a BBC Mundo en conversación telefónica.
Hughes viajó en 2002 a India, al sudeste asiático y por América del Sur de mochilero y conociendo a habitantes locales. «Me inspiré a viajar sin volar para pasar más tiempo con la gente local, sabía del récord y también quería tener en cuenta el impacto ambiental», explica.
«Quería probar que se podía hacer, la gente me decía que era imposible. Hice mis investigaciones y me di cuenta que era posible. Sabía que lo podía hacer», agrega.
Armado con su inglés, un poco de francés y otro tanto de español, salió a recorrer el mundo. El lenguaje de los gestos fue fundamental, y dice que donde más sintió la barrera del idioma fue en China y en Rusia.
Pero quizá el mayor desafío fue el agua. Cruzar océanos y mares sin volar. Necesitó dos años para recorrer 184 países y otros dos para llegar a los 17 restantes, 16 de ellos islas y el otro Sudán del Sur, un estado que no existía cuando comenzó su viaje.
Las Islas Seychelles, en el océano Índico, fueron las más complicadas de acceder por el riesgo de un ataque de piratas somalíes. Necesitó siete intentos. Y finalmente llegó en un barco de carga.
«Fe en la humanidad»
Tras casi cuatro años viajando dice haber vuelto «con la fe en la humanidad recuperada». «Aprendí que no se debe juzgar a la gente por los actos de sus gobiernos», agrega. Por error, estuvo preso en República del Congo y en Cabo Verde, y nunca le robaron.
Pasó «menos de un minuto» en el Vaticano y hasta ocho meses en Australia, recuerda especialmente a Palau, Egipto, Irán, Tailandia, Bolivia y Perú, y a América Latina en general. «La gente allí es increíble, hay un ambiente positivo», asegura.
Hughes dice que la vuelta a la normalidad, a su trabajo como director de videos, le ha resultado «interesante», y cuenta que ya tiene otros grandes planes, pero no está autorizado a hablar de ello. Ya le envió toda la documentación necesaria, incluidos cientos de recibos de viajes en transporte público, a la organización Guinness World Records.
Guarda cuatro pasaportes cargados de sellos y visas, y mientras espera la decisión sobre su récord, aclara: «No hay lugar como casa: Liverpool».
BBC Mundo