La fecha límite de los cambios de las grandes ligas pasó sin pena ni gloria, sin grandes nombres
A Álex Rodríguez solamente le bastó correr un poco las bases bajo el ardiente sol de Florida para ser la noticia del miércoles en el beisbol, nada menos que en la fecha tope de cambios, tradicionalmente uno de los días más importantes de Grandes Ligas. Así de desabrida estuvieron las horas finales del mercado de medio término de las ligas mayores, donde hubo más espuma que chocolate. Mucho ruido y pocas nueces.
El triple cambio de la madrugada entre Boston, Detroit y Medias Blancas de Chicago, que involucró al lanzador Jake Peavy, al cubano José Iglesias y los venezolanos Avisaíl García y Bryan Villarreal, fue por mucho la transacción más importante del proceso.
Los Medias Rojas adquirieron a Peavy, quien tuvo efectividad de 4.00 en cinco años en Chicago y no ha sido un pítcher principal desde que ganó el Cy Young con San Diego en 2007, y a Villarreal; Detroit obtuvo a Iglesias, un torpedero de manos mágicas y tímido bate, en tanto que los Medias Blancas se quedaron con el jardinero García, quien está proyectado para ser un jugador de impacto, y tres peloteros de ligas menores.
Peavy, de 32 años, ha ganado sus últimas dos salidas y podría verse motivado por el cambio de escenario. Mientras Chicago ocupa el sótano de la División Central, Boston tiene la mayor cantidad de victorias de este año en las mayores. Al filo de la hora también, Baltimore adquirió al derecho Bud Norris desde Houston, San Diego se hizo de los servicios del derecho Ian Kennedy, quien pertenecía a Arizona, y los Dodgers de Los Angeles cargaron con el receptor Drew Butera desde Minnesota. Houston mandó al jardinero Justin Maxwell a Kansas City.
El segundo cambio más importante de los últimos días, sin embargo, fue el que realizaron los Yankees de Nueva York con los Cachorros de Chicago por los servicios del jardinero dominicano Alfonso Soriano el pasado viernes. Soriano ha pegado 18 jonrones este año y tiene 390 en su carrera, que comenzó con los Yankees en 1999.
Un poco antes, los Dodgers consiguieron al derecho Ricky Nolasco desde Miami para suplir la baja del lesionado Josh Beckett. Sin hacer mucho ruido, Nolasco ha sido uno de los pitchers más consistentes de los últimos años, con marca de 82-73 desde el 2006. Igualmente, Detroit fortaleció su destartalado bullpen con el dominicano José Veras, quien era el cerrador en Houston, dejando a los Astros como algo menos que una mala imitación de un equipo de Grandes Ligas.
Por días se barajaron los nombres del abridor Cliff Lee, el relevista Jonathan Papelbon y el utility Michael Young, de Filadelfia; el jardinero puertorriqueño Álex Ríos, de los Medias Blancas; el inicialista Justin Morneau, de Minnesota; el inicialista Mark Trumbo, el torpedero dominicano Erick Aybar y el intermedista Howie Kendrick, de Anaheim, y los lanzadores Yovani Gallardo, de Milwaukee, y Phil Hughes y Joba Chamberlain, de los Yankees. Sorpresivamente, todos permanecieron con sus clubes originales.
Los Yankees estaban especialmente necesitados de un jugador polivalente como Young, quien ha visto acción en más de 150 partidos en segunda, tercera y el campocorto, en distintas temporadas, y además puede desempeñarse en primera, ahora que existe la posibilidad de que Rodríguez sea suspendido por el un largo tiempo por el comisionado Bud Selig debido a su rol en el escándalo Biogénesis.
Rodríguez trabajó en todas las áreas en las menores y regresó a los Yankees amparado en la apelación de la sentencia que le aplicaran las grandes ligas de 211 juegos de suspensión por uso de sustancias ilegales. Pero las cosas siguen sin salir, ya que su equipo perdió los tres primeros.
Debido a las lesiones -de A Rod y de su sustituto Kevin Youkilis- los Yankees han vivido una tragicomedia en la esquina caliente, donde siete diferentes jugadores, incluyendo a Youkilis, se combinan para los peores números ofensivos de casi todos los departamentos de Grandes Ligas en el 2013.
Pero el gerente general Brian Cashman falló en aprovechar las últimas horas del plazo de cambios para adquirir a Young o el venezolano Alberto Callaspo, de Anaheim, y el viernes la MLB anunció las sanciones de los jugadores involucrados con la desaparecida clínica Biogénesis de Miami. Young se quedó en Filadelfia y Callaspo pasó a Oakland.
Asimismo fracasó San Luis en conseguir un sustituto momentáneo para el lesionado receptor Yadier Molina y Boston no agregó un relevista o un bateador como buscaba, entre muchos otros movimientos que se quedaron estancados. En resumen, el día tope de cambios en Grandes Ligas tuvo mucho ruido y poca acción y no extraña que un calentamiento de A-Rod en Tampa terminara siendo la noticia más importante.
Boston hipotecó el futuro
Los Medias Rojas de Boston hipotecaron su futuro y los Tigres de Detroit compraron un seguro en el canje que involucró además a los Medias Blancas de Chicago y siete jugadores en total.
Boston se deshizo de quien sería su campocorto del futuro, el cubano José Iglesias, hombre de increíbles manos a la defensiva y un bate que hasta el momento se burló de todas las dudas a su alrededor.
En el múltiple intercambio, los Medias Rojas adquirieron de los Medias Blancas al veterano derecho Jake Peavy, Iglesias se fue a Detroit y los Tigres mandaron al venezolano Avisaíl García a la Ciudad de los Vientos.
Boston apostó por la inmediatez. Ante la lesión de Clay Buchholz (9-0, 1.72), los Medias Rojas necesitaban un abridor más o menos confiable para reforzar su rotación de cara a una casi segura clasificación a la postemporada.
Pero, ¿es Peavy ese abridor confiable? A sus 32 años de edad, el serpentinero está lejos de ser aquel que en el 2007 ganó el premio Cy Young de la Liga Nacional, cuando militaba en los Padres de San Diego.
Del 2008 hasta la fecha ha iniciado 124 juegos, con balance de 52 y 46. Desde que en el 2009 pasó a los Medias Blancas en la más ofensiva Liga Americana, su efectividad ha sido de cuatro carreras por cada nueve innings.
Más allá de estas cifras que no le quitan el sueño a nadie, está el tema de su salud.
Solamente el año pasado logró superar las 30 aperturas (32) desde su gran campaña del 2007.
En el 2008 comenzaron sus lesiones y estuvo limitado a 27 partidos, pero desde entonces, ni siquiera abrió 20 juegos por año.
Encima de eso, su labor en dos series de playoffs lo deja muy mal parado, con récord de 0-2 y efectividad de 12.10, nada halagüeño cuando los Medias Rojas lo han adquirido precisamente para tratar de asegurar esa etapa del año.
A pesar de esos antecedentes, los Medias Rojas decidieron cargar con su contrato que incluye 14.5 millones para el 2014 y una opción de 15 millones para el 2015.
Además, para el año próximo, Boston deberá buscar un campocorto, pues Stephen Drew, a quien firmaron por esta temporada solamente, podría buscar otros horizontes.
Esa era la posición que debería haber ocupado «Candelita» Iglesias, que ha mostrado además una versatilidad inesperada al defender la antesala mientras esperaba su momento para hacerse de la titularidad en las paradas cortas.
Y contra todo pronóstico bateó mucho, quizás producto de una buena racha bastante prolongada que lo mantuvo gran parte de la campaña sobre la marca de los .400 e hizo sonar su nombre entre los posibles candidatos al premio de Novato del Año.
Pocos creen que mantenga su actual nivel ofensivo, pero es un hecho que con el bate ha sido superior al más renombrado Drew e incluso, su average actual de .330, aunque sin llegar aún a las veces al bate requeridas, es superior al de la mayoría de los campocortos de todas las Grandes Ligas, con excepción de los dominicanos Jean Segura (Cerveceros de Milwaukee) y Jhonny Peralta (Detroit).
Precisamente, es Peralta la causa por la que los Tigres adquirieron a Iglesias como una suerte de seguro de vida, ya sea para esta postemporada, como para las campañas venideras.
Enrique Rojas
espndeportes.com