El Gobierno de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, logró un ligero repunte de seis puntos porcentuales en su índice de aprobación, tras dos caídas consecutivas en junio, y pasó de 30% a 36%, según un estudio del Instituto Datafolha, vinculado al diario Folha de Sao Paulo, divulgado ayer.
Se trata del primer repunte el gobierno de Rousseff tras una caída abrupta de 35 puntos porcentuales ocurrida en junio pasado, en el marco de las protestas populares que llevaron a millones de personas a las calles en reclamo contra la corrupción y en favor de mejoras en los servicios públicos.
De acuerdo con el estudio, realizado entre el miércoles y el viernes pasados, el 36 por ciento de los electores consideran «buena» u «óptima» la gestión de la mandataria del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).
Por segmentos socioeconómicos, el estudio revela que la aprobación del Gobierno llega al 41% entre los más pobres, que son los que ganan hasta dos salarios mínimos, y al 29% entre los más ricos, que ganan más de diez salarios mínimos. El actual salario mínimo nacional en Brasil es de 678 reales (unos 294,7 dólares).
Pese a que el menor índice de aprobación se registró entre los más adinerados, es ese segmento el que presentó el repunte más significativo en la evaluación positiva del gobierno, con una diferencia de ocho puntos porcentuales respecto al estudio anterior, realizado el pasado 29 de junio.
Asimismo, el porcentaje de los que calificaron el gobierno como «malo» o «pésimo» varió de 25% a 22%, mientras que los que lo tildaron de «regular» osciló de 43% a 42%.
La evaluación de la política económica del Gobierno también registró un leve repunte en el presente estudio respecto del anterior.
Los que avalan la gestión económica aumentaron de 27% a 30%; los que creen que la inflación no va a aumentar bajaron de 54% al 53% -lo que técnicamente es un estancamiento ya que el estudio trabaja con un margen de error de dos puntos porcentuales-; y los que creen que el desempleo va a aumentar disminuyeron de 44% a 39%.