Hay que estar claro en algo: Wilmer Flores es un infielder-definitivamente capaz de defender la tercera almohadilla y posiblemente la segunda a nivel de Grandes Ligas.
El mánager de los Mets, Terry Collins, afirmó que el joven venezolano no jugará en los jardines ni en la primera base por el equipo de Nueva York.
Eso provoca una pregunta obvia sobre dónde Flores podría jugar en el futuro. Con David Wright bien establecido en la antesala y David Murphy fijo en la intermedia, el venezolano podría tener un futuro en los Mets sólo si Murphy es cambiado, y eso podría pasar.
Pero para que los Mets ponderen un movimiento de esa naturaleza, Flores tendrá que demostrar su valor de aquí al final de la temporada.
Es posible que Collins no piense que ocho semanas sean suficientes para juzgar a un novato, pero en el caso de Flores, no hay otra alternativa. Entonces, el equipo lo observará de cerca en agosto y septiembre, con la meta de llegar a entender bien qué trae el valenciano al terreno con miras a los entrenamientos del 2014.
Dicha «prueba» incluirá tiempo de juego en la segunda, donde Flores jugó durante la mayor parte de su carrera en liga menor. Eso podría ser en esta misma semana, aunque hay que observar el tobillo izquierdo del venezolano, quien se lastimó un poco el lunes corriendo de primera a tercera en Los Ángeles contra los Dodgers.
«Uno quiere mantenerlo en su zona de confort lo más posible», dijo Collins. «Pero creo también que será importante ver cómo manejará la oportunidad de jugar en la segunda base, para tener una mejor idea si podrá jugar en medio del cuadro a nivel de Grandes Ligas».
De su parte, a Flores no le importa la posición, sino estar en la Gran Carpa.
«Sólo sigo haciendo lo que venía haciendo», dijo Flores, quien empató una marca de la franquicia de los Mets con nueve empujadas en sus primeros seis partidos en las mayores. «Simplemente quiero jugar. Jugaré donde sea”.
Anthony DiComo
mlb.com