En medio de empujones, golpes, insultos y con la petición de ser incluidos en un proyecto habitacional, que unas 53 familias lograron impulsar, fue inaugurado un conjunto residencial de la Gran Misión Vivienda, ubicado en la Av. Lara de la mencionada parroquia del municipio Libertador, donde fueron beneficiados refugiados de otras comunidades
La furia y la decepción se apoderaron de unas 53 familias, quienes después de haber permanecido dos años durmiendo en carpas, custodiando la construcción de unos edificios de la Gran Misión Vivienda, ubicados en la Av. Lara de San Agustín del Norte del municipio Libertador, fueron excluidos como futuros propietarios, justo cuando el día de ayer, fue inaugurado.
Los manifestantes que formaron una cadena humana, para evitar que accedieran un grupo de refugiados de otras comunidades, vociferaron su participación en el nuevo proyecto, que aseguraron lograron impulsar a través de la llamada autogestión comunitaria.
“A fuerza de golpes”
Sin embargo, fueron desalojados a fuerza de empujones y golpes, que ni dejando de patear los escudos que le oponían los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana -PNB-, impidieron que se realizara la adjudicación de viviendas, que realizaba una comisión del Ministerio de Vivienda y Hábitat, encabezado por la directora de Articulación Social y Adjudicación de la cartera Egle Rengifo.
El urbanismo que cuenta con al menos 192 apartamentos, fue aperturado con una acto protocolar en la que se les asignaron los certificados de algunos apartamentos al grupo de albergados, que “de alguna u otra forma no participaron en el proyecto y ahora como si nada contarán con una casa propia”.
Apadrinados
Así lo expresó Kindare León, vocero del Frente Vivienda Simón Bolívar, quien informó que después de haber presentado una data de personas en situación de emergencia habitacional, bien sea porque sus hogares fueron declaradas en alto riesgo o porque viven “arrimados”, se enteraron que existe una nueva lista en que familias ajenas a la comunidad y vinculadas al Gobierno, serían las nuevas beneficiadas.
“A pesar que existe un decreto publicado en la Gaceta Oficial 39.091, que establece garantizar viviendas a los damnificados, también existe una ordenanza que emitió el fallecido presidente Chávez en darle prioridad a los vecinos que se encuentran en las mismas condiciones, y más aún, cuando se encargaron de buscar los terrenos baldíos para dicha construcción”, dijo.
El vocero agregó que están de acuerdo que el Estado atienda la emergencia habitacional pero “¿Acaso por no vivir en un refugio no tenemos derecho a tener un techo propio? es injusto”.
Recalcó que aunque sólo ellos ocuparán 53 apartamentos, podrían aceptar que los restantes podrían ser asignadas a otros albergados, ya que inicialmente ese fue el convenio acordado cuando se firmó el proyecto en el 2011, “pero siempre y cuando estemos incluido”.
Guardianes del terreno
Ellos aseguran que seguirán resguardando el complejo, durmiendo en las carpas, incluso se turnarán por grupos, dado que dudan de las intenciones de otras personas que pueda existir alrededor, en querer tomar el conjunto arbitrariamente.
“Aunque se simuló la entrega de apartamentos, porque serían transmitido por un canal de Estado, finalmente no fueron entregados, pero ciertamente estos damnificados ya fueron reconocidos como las futuros dueños”. Sin embargo, se les prometió que la próxima semana sostendrán una mesa de diálogo con el ministro Ricardo Molina, a fin de mantener el convenio, pero en diferentes términos.
Con detalles
De acuerdo a la opinión de algunos vecinos, el nuevo conjunto habitacional tienen ciertas imperfecciones que se reflejan notablemente en su estructura.
Y es que, durante un recorrido realizado por el equipo reporteril del Diario La Voz, se pudo evidenciar que las paredes prefabricadas no reflejan un buen acabado, de hecho, se interrogó a uno de los maestros de obra, el cual informó que actualmente se están canalizando la red de tuberías de aguas residuales, pero aseguró que dichos trabajos no impiden que se efectúe la inauguración.
“Es ilógico, que después de construir unos edificios, se acordaron que los nuevos habitantes irían al baño”, criticó la vecina María Ortega, quien cuestionó que la idea no es inaugurar nuevos complejos habitacionales con fines políticos, sino de garantizar una vivienda digna al que lo necesita.
Mairy Chourio / Mchourio@diariolavoz.net / @mairychourio