Un día después que el derecho panameño Mariano Rivera recibiera el segundo cuadrangular de Miguel Cabrera en dos días, y luego uno más de Víctor Martínez, no fue llamado a cerrar por el mánager Joe Girardi. ¿Se prendieron las alarmas?
Mariano Rivera tuvo tres de las peores entradas de su carrera en sus últimas salidas en Chicago y el Bronx, la semana pasada. No obstante, el estelar cerrador panameño estuvo muy lejos de lamentarse al reflexionar sobre su mala racha, inédita en su ilustre carrera.
«El beisbol tiene una curiosa manera de recordarte que nadie se las sabe todas. Es lo bonito del beisbol, siempre te mantiene humilde, te recuerda que tienes que seguir trabajando y mejorando», dijo Rivera en el camerino neoyorquino antes del inicio de una serie contra los Angelinos, el fin de semana.
En sus 19 años en Grandes Ligas, Mariano Rivera nunca había arruinado tres salvamentos al hilo, y aún más, nunca había concedido jonrones en turnos consecutivos al mismo bateador en el proceso.
El primero de los tres rescates arruinados fue el pasado miércoles en US Cellular Field, cuando Rivera entró en la novena entrada con ventaja de 4-3 buscando su salvamento número 36 de la temporada, pero permitió un doble con dos outs a Gordon Beckham y un sencillo con dos strikes a Adam Dunn, empatando el partido y provocando extra innings, donde los Yankees cayeron 6-5.
En el regreso de los Yankees al Bronx, tras una pésima gira de seis derrotas en ocho partidos fuera de casa, Rivera enfrentó al tercera base de los Tigres de Detroit Miguel Cabrera en turnos consecutivos en la parte alta del noveno, y ambos tuvieron el mismo resultado, el Tigre de Maracay la sacó del parque.
«Todos fueron malos lanzamientos, no fue uno solo el que fallé, le di un buen lanzamiento y hasta yo mismo lo hubiera bateado» dijo el cerrador hablando el posicionamiento de la bola sobre el plato. «Si cometes un error, los buenos bateadores el 99.9 por ciento de las veces te harán pagar por ello, y eso fue exactamente lo que sucedió».
Rivera amplió que estará trabajando con el coach de bullpen Mike Harkey y con el entrenador de lanzadores Larry Rothschild sobre la ejecución de sus picheos, en especial porque los ha estado dejando demasiado elevados sobre el plato, pero bromeó que no estaría revisándolos en video.
«No tengo necesidad de ver lo que sucedió en video, lo vi en vivo», dijo en tono de broma Rivera. «No los tengo que ver de nuevo, para eso tenemos nuestro coach de lanzadores y coach de bullpen y confío plenamente en ellos».
El primer bambinazo del Triple Coronado Cabrera fue un jonrón de dos carreras que envió el partido a extra innings, donde una remolcada de Brett Gardner logró rescatar el 4-3 a favor de los Yankees en 10 entradas.
El segundo jonrón de Cabrera preparó la mesa para un cuadrangular de Víctor Martínez que empató el partido antes que nuevamente Gardner salvara a Rivera con su propio cuadrangular contra José Veras en la parte baja de la novena.
Durante la repetición del segundo batazo de Cabrera en la pantalla gigante en Yankee Stadium, fue evidente que Rivera no pudo hacer más que sonreír tras ver la historia recrearse ante sus ojos.
«Hay que gozarse todos los momentos, sean difíciles o sean buenos. Siempre he sido de esa manera y esas cosas suceden, así que no puedes hacer nada más que gozarte cada momento», acotó.
Al anunciar su retiro previo al inicio de la temporada, Rivera había dicho que una de las razones para su decisión era que «sólo le quedaba cierta cantidad de gasolina en el tanque». Al traer a colación sus propios comentarios, y si quizás era una de las razones para sus recientes fallas en el montículo, Rivera negó rotundamente que eso fuera una posibilidad.
«Hay mucha [gasolina] todavía, es simplemente que los lanzamientos no han sido ejecutados igual que los demás», dijo el panameño. «Me queda mucho en el tanque, en realidad pienso que el tanque está volviendo a llenarse. El tanque tiene más que ver con la velocidad, y la velocidad se ha mantenido igual, el error ha sido en la ejecución», concluyó.
No se preocupa
Mariano Rivera ha “mal acostumbrado» a los Yankees de Nueva York y a su fanaticada. El futuro Salón de la Fama lleva 721 juegos salvados de por vida, convirtiendo con éxito el 89% de oportunidades. Eso es lo que hace tan difícil de creer lo que ha ocurrido en las últimas tres presentaciones del panameño.
Pero lo de la semana pasada lo puso en el terreno de los humanos. «Simplemente trato de salir a hacer mi trabajo», dijo Rivera a lasmayores.com después del encuentro del domingo último. «En las últimas tres oportunidades no lo he hecho».
Cabrera se convirtió en el tercer bateador derecho en tener dos cuadrangulares de por vida ante el veterano de 43 años -los otros son el boricua Edgar Martínez y Evan Longoria- y el primer jugador en conectar jonrón en dos turnos consecutivos frente a Rivera.
«Ante Martínez, pues esa bola estuvo ahí en la zona. También con Miguel», expresó Rivera. «Estás enfrentándote a bateadores profesionales. Si no pones la bola donde tienes que ponerla, te la van a dar», argumentó.
Al preguntarle al mánager Joe Girardi si está preocupado por los problemas de Rivera, no dijo ni una sola palabra, sino que hizo el gesto de un «cero» con la mano.
«No es que se te olvide lanzar en una semana», dijo Girardi. «Simplemente tuvo una semana mala».
Los Yankees terminaron perdiendo en 12 entradas el miércoles en Chicago, pero lograron dejar en el terreno a los Tigres en los otros dos partidos en que Rivera dejó escapar la ventaja. El héroe de Nueva York en ambas ocasiones fue Brett Gardner, quien dio sencillo el viernes para darle la victoria a los Yankees y luego cuadrangular de oro el domingo.
«Eso no pasa con mucha frecuencia», dijo el mánager de los Tigres, Jim Leyland. «No es muy común que le des batazos a Rivera dos veces en una misma serie y no ganas ninguno de los dos juegos».
El abridor de los Yankees, Andy Pettitte, dijo que «es un shock. Él nos ‘malcría’. Cuando lo ves desperdiciar uno, y mucho menos tres, es un shock. Pero no creo que eso lo vaya a alterar», continuó el zurdo. «Tampoco va a alterar a nadie en este clubhouse. Cuando tengamos una ventaja, nos sentiremos bien confiados con él entrando al juego».
Marly Rivera / espn.com