La demora para entregar los cuerpos, se produjo debido a los trámites judiciales y a la espera de un reconocimiento post morten por parte de testigos del asesinato de María Clemencia Vesga Pinzón, de 44 años de edad
En la morgue de Bello Monte permanecían ayer, los cadáveres de las tres víctimas de un presunto enfrentamiento con funcionarios de la División contra Homicidios del Cicpc, en el barrio Santa Cruz del Este, ocurrido el pasado martes.
La demora para entregar los cuerpos, se produjo debido a los trámites judiciales y a la espera de un reconocimiento post morten por parte de testigos del asesinato de María Clemencia Vesga Pinzón, de 44 años de edad.
Las víctimas: Yeiffry Antonio Vargas Silva (19), Meisel miguel Cervantes Arrieta (19) y un adolescente de 14 años. Murieron cuando según la versión policial, enfrentaron a las comisiones con tres armas de fuego.
Los fallecidos eran acusados como responsables de la muerte de la administradora que fue ultimada de un tiro cuando se resistió al robo, a salida del centro comercial Terras Plaza, en Terrazas del Club Hípico, Baruta, el 6 de agosto pasado.
Entre los elementos que utilizó la policía para vincularlos al hecho, estaba una camioneta Ford Explorer blanca que presuntamente fue la misma que utilizaron para huir luego de cometer el crimen.
Edgar Cervantes, padre de Meisel Cervantes, uno de los fallecidos, aseguró que el vehículo fue adquirido legalmente por él noviembre del año pasado y que era utilizado como medio de trasporte para el trabajo que con sus hijos hacía en remodelaciones de inmuebles.
El día del asesinato Cervantes estaba en Colombia, de donde es natural. Dejó la camioneta en poder de sus hijos porque eran los responsables del negocio familiar en su ausencia. Dijo que la policía incriminó injustamente a sus dos hijos en un crimen que no cometieron. El segundo de ellos, Deymer José Cervantes Arrieta (23), está detenido.
Denunció que la tarde del martes llegó una comisión del Cicpc reventando las puertas de su casa. Estaba la madre de sus hijos, dos nueras y tres nietos, hijos de Deymer José. Los funcionarios esposaron a Meisel y se lo llevaron, sin dejar que nadie saliera de la casa. “Ahí mismo escuchamos los disparos. Cuando lo llevaban por el quinto escalón me lo mataron de un tiro. Hicieron disparos al aire para fingir que se enfrentó, pero era imposible si lo tenían esposado”, contó.
Albertina Figueroa, abuela de Yeffry Vargas Silva, también acusa a los policías de ajusticiar a su nieto, poco antes de la muerte de Meisel Cervantes, cuando salió a comprar un faro para la moto.
En la calle, sentado en un muro, estaba junto al otro adolescente abatido cuando les dispararon. “Me lo mataron cuando él no tenía nada que ver con lo que lo acusan. Ese muchacho no era malo”, agregó.
La mujer dijo que están recogiendo firmas en el barrio llevaran ante la Fiscalía demostrando que su nieto y el otro jovencito que murió eran inocentes. “Al otro muchacho que mataron yo no lo conocía, pero por ellos dos si puedo hablar. Vayan para el barrio y pregunten quienes eran para que vean que no eran unos delincuentes”, manifestó.
AA