Debbie Rowe, exmujer de Michael Jackson, aseguró en su segundo día de comparecencia como testigo en el juicio civil por la muerte del artista que el «rey del pop» se veía reflejado en la historia del hombre elefante y temía que la gente prestara más atención a su apariencia que a su obra.
Rowe recordó en los tribunales angelinos, tal y como recogió la prensa local, que el cantante sufría de vitiligo, una enfermedad que generaba manchas blancas en su piel y que fue a peor, hasta el punto de que Jackson, al no encontrar un maquillaje que le convenciera, optó por «despigmentarse».
El autor de «Thriller», explicó Rowe, también padecía lupus lo que hacía que se reblandeciera de forma significativa la piel de su cuero cabelludo.
«Le preocupaba que la gente viera la enfermedad o la desfiguración antes de que le vieran trabajando», comentó Rowe sobre su expareja que en 1984 sufrió un accidente que le marcó la vida mientras rodaba un anuncio de refrescos.
Jackson se quemó la cabeza entonces y comenzó a requerir de analgésicos constantemente para tratar los dolores primero y para combatir el insomnio más tarde, entre ellos empezó a usar propofol, anestésico que recibió en exceso en 2009 y le causó la muerte.
Además, el artista se sometió a operaciones de cirugía estética en la nariz, que le dejaron unas secuelas que en ocasiones no le permitían respirar.
Se comparaba con el hombre elefante, indicó Rowe, en referencia al británico que en el siglo XIX se convirtió en una celebridad circense por sus severas malformaciones físicas.