El ejército y la policía de Egipto ingresaron a la mezquita Al Fath, en El Cairo, donde más de cien seguidores de los Hermanos Musulmanes se habían refugiado tras la violenta jornada del viernes.
Fuentes de seguridad le dijeron a la BBC que han desalojado la mezquita y arrestaron a «varias» personas, incluyendo extranjeros.
En medio de una gran confusión, se escucharon disparos y se vieron gases lacrimógenos.
Previamente al ingreso de los agentes, la televisión egipcia mostró un intercambio de disparos entre sujetos ubicados en el principal minarete de la mezquita y las fuerzas de orden público, que se encontraban afuera.
Uno de los voceros del gobierno interino, Sherif Shawqi, dijo en una conferencia de prensa que el regreso al poder de los Hermanos Musulmanes era «imposible».
De acuerdo con las autoridades, en los enfrentamientos del viernes, más de 170 personas murieron y alrededor de 1.200 resultaron heridas.
El viernes por la noche los soldados entraron en la mezquita y le pidieron a la gente que saliera. Algunos de los que salieron fueron detenidos y acosados por residentes enojados, lo que disuadió a otros de salir.
Los Hermanos Musulmanes, la organización política del derrocado presidente Mohamed Morsi, ha convocado a una semana de protestas contra las fuerzas de seguridad y a favor del regreso al poder de Morsi, quien fue derrocado el 3 de julio.
Un vocero del gobierno interino indicó que la disolución de los Hermanos Musulmanes está siendo considerada.