Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y los delegados del presidente colombiano salieron de un receso técnico y se sentaron en una nueva ronda de diálogo que continuará con el punto dos -sobre la participación política- de una agenda predeterminada de seis
LA HABANA. El gobierno colombiano y líderes de la guerrilla del país sudamericano reanudaron sus conversaciones de paz en Cuba el lunes, mientras los rebeldes pidieron al gobierno no reprimir las protestas y movilizaciones en el marco de una huelga nacional, y por su parte el ejército informó de la muerte de dos dirigentes guerrilleros.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y los delegados del presidente Juan Manuel Santos salieron de un receso técnico y se sentaron en una nueva ronda de diálogo que continuará con el punto dos -sobre la participación política- de una agenda predeterminada de seis.
Apoyo al paro
de agricultores
Los rebeldes comenzaron su mañana leyendo una declaración antes de entrar a la sala de negociaciones, donde se reúnen a puertas cerradas. La delegación gubernamental, que encabeza Humberto de la Calle, no hizo comentarios.
«Colombia asiste hoy a una sentida jornada nacional de protesta y movilización social», recordó en su declaración el comandante rebelde Iván Márquez.
Márquez, cuyo nombre legal es Luciano Marín Arango, lamentó que las autoridades hayan amenazado con reprimir las movilizaciones planeadas en torno al paro nacional que llevan a cabo en Colombia campesinos, transportadores de carga, movimientos sociales y sindicatos de diversos sectores.
«Que no se criminalice el derecho a la protesta social», exhortó Márquez. «Esperamos que la manida costumbre del gobierno de identificar toda manifestación de inconformidad social y popular con el supuesto coco de las FARC, no dé motivo para tratamientos violentos» contra los manifestantes.
Colombia amaneció el lunes con un paro convocado por campesinos cafetaleros, arroceros, paperos, cacaoteros y ganaderos; además de transportistas, trabajadores de la salud y mineros. Las protestas son en rechazo de las políticas del Estado aplicadas a esos sectores.
Al inicio de las conversaciones a finales 2012 las FARC decretaron un cese al fuego unilateral con la intención de lograr igual medida del gobierno, pero al no lograrlo reanudaron sus acciones.
El gobierno de Santos reiteró en varias ocasiones que no cesará su hostigamiento a la guerrilla hasta que se firme la paz.
El gobierno y las FARC comenzaron a fines de 2012 un proceso de diálogo que podría desactivar un conflicto armado de cinco décadas. Las FARC son la guerrilla activa más antigua del continente con unos 9.0000 miembros en armas, según el gobierno.
Los primeros meses se lograron acuerdos sobre la mayoría de los temas del punto uno de la agenda previamente pactada que versaba sobre los problemas agrarios, pero no hay fecha para terminar con el segundo apartado o para concluir con los seis totales.
Las FARC llamaron a su vez «revisar» los Tratados de Libre Comercio de Colombia con los países desarrollados, a los cuales acusó de fomentar políticas aperturistas que dañaron la producción nacional.