BUENOS AIRES. El máximo responsable del servicio penitenciario federal de Argentina renunció el martes tras la fuga de 13 presos de un penal de máxima seguridad a través de un boquete que cavaron en el piso.
Víctor Hortel, director del Servicio Penitenciario Federal, dijo a periodistas que «como jefe soy el máximo responsable político y asumo la responsabilidad que me cabe. Por eso le he presentado esta mañana al Ministro de Justicia mi renuncia indeclinable al cargo».
Los 13 reclusos se fugaron en la madrugada del martes del Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza, un suburbio al suroeste de la capital.
Según detalló Hortel, los detenidos cavaron un boquete de 40 por 22 centímetros en el piso de uno de los pabellones de Ezeiza, tarea que les habría demandado dos días. Los internos recorrieron luego 30 metros hasta el alambrado perimetral y luego otros 40 metros para pasar por otros dos alambrados perimetrales.
Hasta el momento fueron recapturados dos de los fugados, dijo el funcionario.
Antes de comunicar su renuncia, Hortel suspendió a seis agentes penitenciarios, cuatro jefes de turno, cuatro inspectores, el jefe de requisa, el director del módulo y el prefecto a cargo del Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza por sospechar que tuvieron complicidad con los reclusos fugados.
«Los celadores no cumplieron su tarea de verificación, los inspectores y el personal de requisa no encontraron las herramientas y en lo que respecta a la soldados a 50 metros, debieron haber visto movimiento y no lo hicieron. Los soldados de guardia apostados en los techos no estaban cumpliendo tareas», explicó Hortel.
Los evadidos, entre ellos dos de nacionalidad brasileña, cumplían condenas por graves delitos como asesinato, robo de bancos y abuso sexual.
AP