Desde que nació el primer bebé de probeta hace más de tres décadas, la fecundación in vitro ha evolucionado hasta llegar a ser un procedimiento de laboratorio muy avanzado. Ahora los científicos vuelven a fojas cero para poner a prueba un método más sencillo y menos costoso.
En occidente, muchas parejas ansiosas de tener hijos gastan miles de dólares en el procedimiento de fecundación in vitro (IVF, por sus siglas en inglés), que requiere incubadoras costosas y numerosas pruebas exploratorias, pero científicos europeos y estadounidenses dicen que una versión simplificada del procedimiento, destinado a países en desarrollo, podría hacerse por unos 200 euros (265 dólares) con fármacos de fertilidad genéricos y equipo básico de laboratorio que cabría dentro de una caja de zapatos.
«IVF parecería ser complicado, pero el hecho es que el embrión inicial no es muy exigente», afirmó Jonathan van Blerkom, experto en fecundación en la Universidad de Colorado.
Explicó que el embrión humano no necesita más que algunas soluciones básicas, una temperatura constante y un nivel estable de pH, o sea la medida de la acidez o basicidad.
El enfoque más sencillo requiere que la mujer tome tabletas de fertilidad, más baratas, para estimular a los ovarios a producir más de un óvulo por mes. En el más caro IVF convencional, se inyectan fármacos potentes que pueden producir más de 20 óvulos.
Van Blerkom desarrolló la técnica simplificada después que colegas europeos le preguntaron cómo podría implementarse en naciones en desarrollo.
«Mi primera reacción fue ‘deben estar bromeando»’, recordó, pero con dos probetas y soluciones especiales «es posible generar exactamente las mismas condiciones, o muy similares, a lo que la gente genera en una incubadora de 60.000 dólares».
Un tubo de ensayo se utiliza para preparar una solución que incluye anhídrido carbónico, que crea las condiciones ideales para la fecundación. Su contenido se vierte en un segundo tubo, en el que se agregan un óvulo y varios millones de espermatozoides antes de colocarlos en un bloque de calentamiento. Después de dos a tres días, todo embrión producido será examinado en el microscopio antes de ser insertado en la mujer.
Van Blerkom y sus colegas calculan que aproximadamente la mitad de todas las mujeres que busquen tratamiento para la infertilidad podrían tener resultados con este método, pero las parejas con problemas de infertilidad complicados, como varones con problemas severos de espermatozoides o mujeres con muy pocos óvulos todavía necesitarán el procedimiento regular de IVF.
En una prueba reciente en Bélgica, los investigadores están comparando las técnicas. Las mujeres menores de 36 años que buscaban IVF por primera vez reciben una dosis leve de fármacos inyectables para la fertilidad. Si producen al menos ocho óvulos, la mitad es sometida a IVF tradicional y la mitad al método más sencillo.
Un especialista que no sabe qué técnica se utiliza (lo que se denomina «a doble ciego») recoge el embrión de mejor aspecto para ser transferido. Para las más de cien mujeres tratadas hasta ahora, la tasa de embarazo fue del 34 % para ambos métodos. Hasta ahora 13 bebés nacieron mediante el IVF tradicional y 14 con el método simplificado.
La Organización Mundial de la Salud calcula que hay de 120 a 160 millones de parejas en el mundo que lidian con la infertilidad. AP