Las víctimas comunes de los delincuentes son comerciantes y transeúntes que terminan siendo despojados de sus pertenencias a cualquier hora del día ante la mirada de policías
«Que Dios nos agarre confesados». Así repiten los comerciantes del sector Valle Verde de la ciudad de Guarenas ante la permanente acción del hampa que no hace diferencias entre horarios ni personas. Cualquier persona durante el día es un blanco perfecto para grupos de antisociales que en la mayoría de las oportunidades ejecutan sus atracos en moto y desaparecen sin dejar rastros.
Ya este tipo de casos son altamente conocidos por los cuerpos de seguridad de la zona, quienes en un intento por tomar medidas por lograr reducir los robos y asaltos, se han dedicado a diseñar planes de colocación de cámaras que como denuncian muchos de los encargados y dueños de establecimientos comerciales del lugar, no sirven y se mantienen fuera de funcionamiento.
Un mal recurrente
Desde la estación de servicios de Valle Verde hasta el restaurante de comida rápida Arturos se pueden observar gran cantidad de comercios: areperas, panaderías, venta de materiales de construcción, de autoperiquitos y hasta una línea de mototaxis funcionan en el sitio, sumando a ello la existencia del Centro de Diagnóstico Integral (CDI) «Argelia Laya».
Todo ello da cuenta de que se trata de un sector muy concurrido por ciudadanos las 24 horas del día. No obstante, la vigilancia policial se queda corta ante el flujo de personas que consideran pasar por esta calle como una verdadera «guillotina».
En medio de un sondeo realizado a comerciantes, quienes quisieron que sus identidades se mantuviesen protegidas por temor a represalias, los afectados destacaron que la mayor parte de los sucesos delictivos se reportan en horas de la mañana, cuando motorizados avistan a su víctima y a plena luz del día la abordan despojándola de sus pertenencias y de cualquier cosa que cargue encima.
En la mayor parte de las ocasiones cargan con dinero en efectivo, pues muchas de las personas realizarían diligencias bancarias o bien irían a hacer mercado, pero en medio de los atracos se llevan teléfonos celulares y demás artículos de valor como prendas.
«La gente va caminando tranquila y uno ve desde lejos cómo los antisociales (el que maneja y el parrillero) se detienen y el que va atrás de la moto se baja armado y le solicita a su víctima bajo amenaza de muerte que entregue todo. A la persona no le queda más que ceder a sus peticiones e inmediatamente sus victimarios emprenden la marcha con rumbo desconocido. Esa es una escena a la que estamos acostumbrados. No obstante, estamos conscientes de que no hay derecho de que tengamos que vivir así. Roban todos los días y de paso cobran impuesto», dijo uno de los entrevistados.
Bandas organizadas
En medio del sondeo, quienes hacen vida en establecimientos comerciales del sector Valle Verde, dejaron entrever que se trata de bandas delictivas organizadas que operan en la zona protegiéndose en diferentes barriadas de Guarenas. No solamente se dedican a cometer sus fechorías hacia este lugar, sino también hacia el casco central de la localidad, manteniendo azotada a una comunidad completa.
Destacaron además que actualmente reina una tensa calma, tomando en cuenta que no ha habido reporte de sucesos de alta trascendencia delictiva como el ocurrido hace pocas semanas, cuando fue secuestrado uno de los propietarios del restaurante La Safra. Desde ese momento en adelante son los asaltos los casos comunes y del día a día por llamarlos de algún modo. Esperan que un suceso similar no se vuelva a repetir.
Cámaras sin operar
Los comerciantes más allá de eso hicieron un llamado a las autoridades, a los fines de que de una vez y por todas los planes contra el hampa no solamente se queden en el diseño o la idea, sino que además se eleven al proceso de la aplicación. Para muchos se quedan a mitad de camino, tal y como ocurrió con la instalación de cámaras de video en calles específicas de la localidad de Guarenas.
Denunciaron que la mayoría de estas no están operativas. «El colmo es que apuntan no hacía la calle, sino hacia arriba, No sabemos a quiénes van a captar con esa falta de eficacia. Señores se trata de que vivamos en paz, de que caminemos con tranquilidad y que trabajemos en iguales condiciones. No tiene que volver a salirse la situación de control para que haya una preocupación momentánea de parte de las autoridades. Y lo de momentáneo lo decimos porque así es. Todos los proyectos se quedan a mitad de camino y en el aire cuando baja la marea». dijo uno de los encuestados.
¿Y los radios dónde están?
Otra de las declaraciones públicas que denotan un descontento generalizado entre comerciantes y transeúntes del sector Valle Verde de la ciudad de Guarenas, en el estado Miranda, es la vinculada a la falta de seguimiento demostrada por las autoridades en torno a la asignación de los radios que hasta hace unas semanas como se informó a través de este medio, serían entregados a quienes hacen vida en los establecimientos, esto como un modo de mantener informados a los cuerpos de seguridad de cualquier suceso o evento sospechoso.
«Era un modo de ponerlos en alerta, de hecho ese era el acuerdo. Todo pasaría a una sala situacional como nos dijeron y desde allí se coordinarían las operaciones necesarias para atacar al hampa. Pero todo eso se quedó en veremos y lo mismo ocurrió con el botón de pánico que sería instalado en los negocios para dar señales a la policía. Estamos esperando y nada que recibimos respuestas», expresó uno de los comerciantes entrevistados.
Yohadi Arteaga
yohaarteaga@gmail.com