Defensa, rápida recuperación y profundidad ofensiva indispensables para remontar la próxima semana en Cachamay
Arduo trabajo tienen esta semana Richard Páez y sus jugadores de Mineros. Porque, a la vista de cómo se desarrolló el partido en Asunción ante el paraguayo Libertad, será indispensable corregir algunos aspectos importantes para tener con qué intentar la remontada cuando, el próximo miércoles, disputen en Cachamay al partido de vuelta y dirimán cuál sigue en liza en la Copa Sudamericana de Fútbol.
El partido de antenoche fue de dos caras. Una primera parte de claro dominio local, una segunda donde la visita tuvo más la pelota, llegó hasta el área y fabricó oportunidades. Pero el 2-0, conseguido en la primera mitad, hizo justicia a quien dominó globalm gracias a sus mejores recursos colectivos.
El primer aspecto apunta a la defensa y a la recuperación. Especialmente por la banda derecha, y por el centro, la marca guayanesa se vio a vapores. Fácilmente desacomodados por el toque y la gambeta, dejaron brechas y carecieron de la anticipación necesaria para evitar que el rival se hiciera con comodidad de la pelota e intentara ataques.
Lo anterior se agudizó por la poca rapidez del colectivo para el repliegue, ante el exceso de pelotas perdidas cerca de la media cancha. Fueron 45 minutos de sufrir en la primera parte y los goles uno que pasó por debajo de la barrera sin dar tiempo a la reacción del guardameta, el segundo un contragolpe ante una defensa en inferioridad numérica (por un ataque fallido) cuando ya el juez se ponía el silbato para anunciar el fin.
Inobjetable el resultado, que pudo ser más grave. No lo fue porque el arquero Romo se agigantó en brillante jornada y en alarde de reflejos salvó tres oportunidades cantadas, en actuación que confirma su excelente estado.
Mineros, fiel a su estilo, se empeñó en tocar. En salir jugando. Pero apenas pasada la media cancha se metía en problemas por imprecisiones que, además, dejaban «pagando» atrás. Mucho juego horizontal y, cuando hacían intentos por verticalizar, faltaba acción para evitar anticipaciones de avisados volantes y defensas que cerraron bien el medio,. Porque faltó, también, abrir un poco la cancha, pero lo fundamental fue la imprecisión luego del segundo o tercer toque. Ni un solo disparo al arco en 45 minutos.
En la segunda parte la situación mejoró. Pero debe reconocerse que el rival cedió espacio y posesión para hacerse fuerte atrás y administrar la renta, lo que consiguió a pesar de algunos apuros. Mineros fue poco a poco hilvanando, llegó al área y hasta tuvo oportunidades, una bastante clara errada por Blanco y dos perdidas por fuera de juego. Pero fueron más incisivos, tuvieron más claridad para evadir la defensa, en parte porque recurrieron más a las bandas. Quizás, de haber concretado una ocasión -o no haberse producido el segundo tanto de último minuto- habrían tenido un mejor resultado, pero eso ya entra en el campo de las suposiciones. O de los deseos, que «no empreñan».
La situación, ahora, es complicada. Aunque no desesperante. Dos goles de diferencia para enfrentar la vuelta en Puerto Ordaz. La obligación de salir a buscar el partido implica, además, tomar precauciones defensivas para frenar a un rival que desbordó con velocidad, manejo y acierto posicional.
Por ahora no se vio «la otra cara». Continuó la cadena de reveses internacionales. La última oportunidad se juega en casa.
Armando Naranjo / donarmandonaranjo@gmail.com / @DonArmandoN