Se trata de la primera interrupción del proceso de paz que las partes iniciaron en noviembre del 2012 en La Habana, el primer esfuerzo en más de una década para buscar una solución negociada a la confrontación de casi medio siglo que ha dejado por lo menos 200.000 muertos y millones de desplazados en Colombia
BOGOTA/LA HABANA. El diálogo de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC quedó suspendido el viernes luego de que la guerrilla pidiera una «pausa» para evaluar una propuesta y el presidente Juan Manuel Santos reaccionara llamando a su equipo, dejando en el aire el futuro del proceso que busca resolver el largo conflicto interno.
Se trata de la primera interrupción del proceso de paz que las partes iniciaron en noviembre del 2012 en La Habana, el primer esfuerzo en más de una década para buscar una solución negociada a la confrontación de casi medio siglo que ha dejado por lo menos 200.000 muertos y millones de desplazados.
Inicialmente las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) anunciaron su decisión de hacer una pausa en la negociación para analizar una propuesta del Gobierno con la que se buscaría someter a un referendo un eventual acuerdo que ponga fin al conflicto, iniciativa que no comparte el grupo rebelde.
«La Delegación de Paz de las FARC-EP ha decidido hacer una pausa en la discusión de la mesa para centrarse exclusivamente en los análisis de los alcances de la propuesta gubernamental», dijo un comunicado leído por el guerrillero y miembro del equipo negociador de las FARC Pablo Catatumbo, quien no precisó cuándo reanudarían la negociación.
Santos envió el jueves al Congreso un proyecto que permitiría someter a un referendo el eventual acuerdo de paz que pueda alcanzarse con el grupo rebelde, considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea.
Horas después del anuncio de las FARC en Cuba, Santos anunció que pidió a los integrantes de su equipo de negociación regresar al país para evaluar los alcances de la decisión de la guerrilla y advirtió que los rebeldes no ponen las condiciones ni las pausas en el diálogo.
«En este proceso el que decreta las pausas y pone las condiciones no son las FARC», dijo el mandatario en declaraciones a periodistas en Bogotá.
«De manera que yo he tomado la decisión de llamar a los negociadores para que se vengan inmediatamente aquí a avaluar el alcance de ese comunicado, del comportamiento de las FARC frente a iniciativas que lo único que están buscando es acelerar la solución de este conflicto», agregó.
Horas antes, el mandatario de 62 años consideró legítimamente válido que las guerrilla estudiaran su iniciativa.
«Reanudaremos las conversaciones cuando lo consideremos apropiado», precisó Santos en su sorpresiva declaración.
Las FARC y el Gobierno de Santos hasta ahora han conseguido un acuerdo parcial en el tema agrario, que incluyó consensos en el uso y la distribución de la tierra, un aspecto fundamental que llevó al surgimiento del grupo rebelde en la década de 1960.
• FARC INSISTEN EN
UNA CONSTITUYENTE
Por su parte el jefe del equipo negociador del Gobierno, el ex vicepresidente Humberto de la Calle, aclaró que el proyecto de ley no convoca a un referendo ni determina su contenido y que la eventual concreción de este o cualquier otro mecanismo depende de lo que las partes acuerden en La Habana.
Las partes venían discutiendo las garantías para que los guerrilleros depongan las armas y se integren a la vida política como un partido.
Siguiendo la agenda pactada y si se superan las tensiones, ambas partes después deberán abordar los temas relativos al narcotráfico, la compensación a las víctimas de la violencia y el fin de la confrontación.
En los diálogos, la guerrilla ha insistido en convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para ratificar los eventuales acuerdos de paz, pero el Gobierno ha rechazado la idea con el argumento de que no es el mecanismo adecuado.
«La Constituyente, convocada en el marco de un gran acuerdo político nacional, sería el camino para alcanzar un verdadero tratado de paz, justo y vinculante, que funde nuestra reconciliación, rija el destino de la nación y la encauce hacia las cumbres de la democracia real», insistió Catatumbo.
El Gobierno sostiene que el mecanismo propuesto por la guerrilla abre paso a una reforma constitucional y que no se está negociando con la insurgencia el modelo político ni económico del país de 47 millones de habitantes.
La interrupción en las conversaciones se produce en medio de una protesta nacional por tiempo indefinido de miles de agricultores colombianos contra el Gobierno de Santos, que es respaldada por la guerrilla.
El Gobierno ha acusado al grupo guerrillero de haber infiltrado el movimiento con actos de violencia que incluyen bloqueos de carreteras, incendio de vehículos y ataques con explosivos a la policía.
El referendo, una idea apoyada por la coalición del Gobierno, se realizaría durante las elecciones legislativas o presidenciales del 2014. Actualmente, la ley colombiana prohíbe realizar un referendo paralelamente a las elecciones.
Si bien las FARC han sido debilitadas por más de una década de ofensiva militar y en la actualidad cuentan con unos 8.000 combatientes, frente a los 17.000 que llegaron a tener a fines de la década de 1990, aún mantienen la capacidad de realizar ataques de gran impacto contra las Fuerzas Armadas y la infraestructura económica del país.
La negociación se cumple en medio de la confrontación ante la negativa del Gobierno de firmar un cese del fuego, con el argumento de que el grupo guerrillero podría aprovecharlo para sacar ventaja militar y prolongar indefinidamente el proceso.
Agencias