Basta que aparezcan los rebotaos y los resteaos históricos, los excluidos, los explotados y los silenciados por las élites e irrumpa lo popular para que se le vean todas las costuras a la oligarquía que se disfraza de “popular”
Chávez el mío. El que está activo. El que porta la lírica. El que porta el estilo. A mediados de año, la campaña de los jóvenes que integran Miranda Será Otro Beta irrumpió con fuerza en distintos barrios de Los Teques, Guarenas, Guatire, Petare y Valles del Tuy, y fue como una bocanada de aire fresco: este Chávez popular, que recrea distintos personajes del barrio, tiene la misma potencia y el mismo influjo que el hombre que se autodefine como un subversivo en Miraflores, ajeno al protocolo, a los privilegios, y que no gobierna siguiendo el dictado de las elites de este país.
El 28 de julio pasado, día de su cumpleaños, el mismo Chávez conoció y reconoció a los jóvenes de Miranda Será Otro Beta, durante un acto de campaña en la redoma de Petare, y se declaró militante del movimiento.
Élite silenciosa y burlona
Como es costumbre cuando los que irrumpen son los signos inaccesibles de lo popular, el antichavismo de elites, y particularmente el que tiene como función formar opinión, reaccionó con sorpresa y, salvo contadas excepciones, permaneció en silencio. Una burla por aquí, un insulto por allá. Pero no mucho más. El discurso, la estética de Miranda Será Otro Beta les resultaba todavía intraducible.
Manipulación del mensaje
Tres semanas después, exactamente el 21 de agosto, un diario mayamero creyó haber descubierto el agua tibia: en una nota titulada “Pretenden mostrar una imagen juvenil de Hugo Chávez”, se refería a “imágenes que saldrían pronto a las calles venezolanas como parte de una campaña dirigida a los jóvenes que busca proyectar la imagen de un presidente menos viejo y enfermo”.
Las “imágenes”, claro, tenían al menos dos meses en “las calles”, pero eso era irrelevante para El Nuevo Herald. La intención era muy clara: “proyectar la imagen” de un Chávez “viejo y enfermo”, y de un gobierno desesperado, intentando ocultar la realidad.
Al día siguiente, y como por arte de magia, la campaña de Miranda Será Otro Beta se había convertido en noticia para las agencias internacionales y para todos los diarios de circulación nacional. El Nuevo Herald había hecho el trabajo de traducción: se había producido un desplazamiento de lo popular a lo juvenil, y se asimilaba el esfuerzo con la campaña “oficial”, ocultando la verdadera naturaleza y propósito de la iniciativa.
Insultados y estigmatizados
Pero lo más revelador estaba por ocurrir. El 30 de agosto comenzó a circular por las redes sociales una versión de la misma campaña que modificaba, hasta invertirlo, su sentido. Así, donde se veía al Chávez motorizado acompañado de la frase “Chávez el mío”, ahora se leía: “Chávez te tumba el BlackBerry”. El Chávez “activo” era representado como “el gran jíbaro”. El Chávez rapero ahora portaba la lírica “violenta”. El Chávez que “porta el estilo” fue convertido en un criminal que “te quiebra si le ves la cara”.
Lo significativo es que todo esto ocurre en una campaña electoral en que el candidato de la oligarquía ha invertido todo su capital político en un esfuerzo por comprar y proyectar la imagen de candidato “popular”, que está al tanto de los padecimientos del pueblo (aunque no los conozca, porque nunca los ha vivido en carne propia). Persiguiendo este propósito, ha hecho mano de varias de las principales ideas-fuerzas del chavismo (muchas de las cuales ha vaciado de contenido), ha copiado el discurso de Chávez, ha imitado su lenguaje corporal, se ha autodefinido como un político “progresista” y ha intentado convencernos de su agenda “social”. Éste es el núcleo de su estrategia, que complementa con la denuncia de la mala gestión del gobierno nacional, la otra constante de su discurso. Un Capriles Radonski “popular”, primero, y después, sólo después, un candidato “joven”, que representa un “nuevo liderazgo”, una suerte de Chávez en sus primeros años, pero de tez blanca y de buenas maneras. Un Chávez descafeinado y bajo en grasas.
“Fatalidad” de ser chavista
Pero basta que aparezcan los rebotaos y los resteaos históricos, los excluidos, los explotados, los invisibilizados, los silenciados por las elites, siempre enfiestaos, plenos de vida, rebosantes de irreverencia, ansiosos de pelea, exigiendo revancha, reclamando derechos, hastiados, ocupando su lugar, sudorosos, anhelantes, deseosos, fulgurantes, bulliciosos, hermosos, nunca movidos por el odio, porque sólo odian los que defienden privilegios; basta que irrumpa lo popular para que se le vean todas las costuras a la oligarquía que se disfraza de “popular”, para que la mala copia ceda ante el original inimitable, para que aparezca el horror.
Entonces sucede que las elites y sus portavoces y sus mentes más “brillantes” y sus hombres y mujeres más “capaces” intentan ponerlo todo de vuelta en su lugar. Eso explica por qué en la versión antichavista de la campaña de Miranda Será Otro Beta, Chávez, pero sobre todo quienes le apoyan, sólo pueden aparecer como criminales, violentos e ignorantes: porque tales son los lugares que les han sido reservados por los virtuosos y los pacíficos, por la “gente pensante”. Si la buena vida parece estar reservada para los hombres y mujeres de bien, que bien merecen tener su BlackBerry, el destino del chavista será, según esta manera de entender el mundo, la de robarle el BlackBerry a la gente de bien. Porque ser chavista, más que un destino, es una fatalidad.
Unidos con nuestro Beta
Contra esta violencia brutal, que llevamos marcada en la piel, pero que también se ejerce contra nosotros de manera simbólica y sistemática, a través de este discurso que nos criminaliza y nos estigmatiza, que nos discrimina por razones de clase, por nuestro color de piel, por nuestras inclinaciones políticas, es que hemos decidido juntarnos: en José Félix Ribas, Laguna de Turumo en Caucagüita, 5 de Julio, Píritu, El Winche, El Morro, San Blas, El Encantado, Canteras de Miranda, El Nazareno, Invasión La Suiza, Unión, Maca, La Línea, Las Clavellinas, Ruiz Pineda, 27 de Febrero, Zulia, Las Casitas, La Rosa, El Rodeo, Las Barrancas, Buena Vista, Valle Verde, El Ingenio, El Nacional, Quebrada La Virgen, La Matica, Dos Lagunas, Altos de Soapire, Sector 1, Mopia, Lozada, Macuto, Virgina, El Rincón, Quebrada de Cúa, Terrazas de Cúa, Nueva Cúa, Santa Cruz, La Laguna, Ciudad Miranda, Arichuna, Las Brisas, Ciudad Betania, Mata de Coco, Parosca, El Placer, San Francisco.
Porque Chávez es otro beta.
Reinaldo Iturriza López