La televisión siria culpó a «terroristas» del tiroteo, un término que el Gobierno usa para describir a los rebeldes que buscan derrocar a Asad. La oposición dijo que milicias del Gobierno fueron las que dispararon contra los funcionarios internacionales
BEIRUT/AMMAN. Expertos en armas químicas de Naciones Unidas entrevistaron y tomaron muestras de sangre el lunes a víctimas de un aparente ataque con gas nervioso en un suburbio de Damasco controlado por rebeldes sirios, después de que el convoy que trasladaba a los inspectores fuera atacado por francotiradores.
En una clara advertencia al presidente sirio, Bashar el Asad, el secretario de Defensa estadounidense, John Kerry, dijo que el mandatario Barack Obama estaba realizando consultas con sus aliados y miembros del Congreso y que decidiría pronto cómo responder al ataque del 21 de agosto en las afueras de Damasco.
Jefes militares de Estados Unidos y de sus aliados europeos y de Oriente Próximo se reúnen en Jordania para lo que podría convertirse en un consejo de guerra, siempre que decidan atacar al Gobierno de Siria.
Cientos de personas perecieron en los suburbios de Damasco en lo que parece haber sido el peor ataque con armas químicas desde que el 1988 el líder iraquí Sadam Husein ordenó disparar gases letales contra miles de kurdos.
Los investigadores de la ONU cruzaron el frente desde el centro de la capital, que sigue bajo el control de Asad, para inspeccionar el suburbio de Mouadamiya, uno de los al menos cuatro vecindarios afectados por gases venenosos la madrugada del miércoles.
Naciones Unidas dijo que un vehículo de su caravana fue atacado con disparos de parte de «francotiradores no identificados». El equipo debió regresar al centro de Damasco para reemplazar el coche y luego retomó el viaje.
«Estoy con el equipo ahora», dijo a Reuters un médico llamado Abu Karam por teléfono desde Mouadamiya.
!Estamos en la mezquita de Rwada y ellos se están reuniendo con los heridos. Nuestros médicos e inspectores están hablando con los pacientes y tomando muestras de las víctimas en este momento», explicó.
Wassim al-Ahmad, un activista de la oposición, dijo que miembros del rebelde Ejército de Siria Libre y del consejo local de Mouadamiya estaban acompañando a los inspectores en su visita al suburbio.
«Los inspectores están examinando a las víctimas en un hospital improvisado de Mouadamiya y tomando muestras de sangre», declaró Ahmad.
Material de vídeo mostró a los inspectores en cascos y chalecos negros y azules de la ONU caminando por las calles mientras los curiosos se acercaban a observar.
Estrecharon manos con hombres que parecían ser rebeldes en ropa de camuflaje y estaban acompañados por médicos y residentes. El grupo bajó al sótano de un edificio donde se les dijo que los supervivientes heridos estaban siendo tratados. Otro vídeo mostró a un inspector entrevistando a un paciente y tomando notas.
Activistas dicen que al menos 80 personas murieron en Mouadamiya cuando el distrito fue atacado con gases nerviosos. Cientos de personas también perecieron en otros tres distritos en manos de rebeldes: Irbin, Ain Tarma y Jobar.
Un activista de la oposición dijo que una gran multitud se congregó para contar sus quejas a los inspectores de la ONU, que preveían tomar muestras de los cadáveres.
Los inspectores después volvieron a su hotel, y en un plazo de una hora, algunos residentes informaron de nuevos bombardeos en Mouadamiya.
La decisión de continuar con la misión pese a ser atacados desbarató un aparente intento de detener su trabajo antes de que comenzara. Agencias
ONU confía en sus equipos
e Israel espera por la guerra
La ONU dijo que su secretario general, Ban Ki-moon, estaba confiado en el equipo obtendrá los datos que necesita.
Existe una creciente especulación respecto a que los aliados de Occidente ordenarán alguna clase de respuesta militar a un incidente que se produjo después de que Obama declarara el año pasado que el uso de armas químicas es la «línea roja» que desataría el uso de la fuerza.
En la vecina Israel, ciudadanos han estado haciendo filas para recibir máscaras anti gases en caso de que Assad responda a un ataque de Occidente usando sus armas químicas contra el Estado judío, tal como lo hizo Saddam Hussein en 1991.
A Washington y sus aliados les preocupa que el tiempo pasado desde el ataque y los continuos bombardeos de las fuerzas de Assad hagan imposible la recolección de evidencia.
Agencias