El crítico estado de la vialidad al igual que la falla en los servicios básicos como agua potable, recolección de basura, entre otros, amotinó a las comunidades de El 130 y La Guaya, quienes desde la madrugada de este martes cerraron el paso de la carretera nacional exigiendo soluciones
Lo que inicialmente era una solución, terminó convirtiéndose en un problema. En el sector El 130, ubicado en el kilómetro 21 de la carretera nacional Petare-Santa Lucía, municipio Paz Castillo del estado Miranda, hace unas tres semanas, la dirección de obras de la alcaldía rompió la vía con la intención de reconstruirla, pero nunca lo hizo.
Los vecinos, aseguraron que los encargados de la obra prometieron que se ejecutaría “de un día para otro”, pero luego que realizaron el raspado, abandonaron el proyecto dejándolo inconcluso, lo que desató y agravó una serie de inconvenientes que ya presentaba la comunidad, como la imposibilidad de adquirir agua potable o las fallas en la recolección de basura.
Tal situación, amotinó a sus habitantes, quienes haciendo uso de escombros, cauchos y bolsas de basura, cerraron el paso de esta importante arteria vial desde las 3:30am del martes, exigiendo que el alcalde Víctor Julio González “diera la cara” y se responsabilizara por las diversas deficiencias que los aquejan.
Deficiencias
Maribel Rodríguez, residente, explicó que la comunidad -cuya población aproximada es de 300 familias- tiene al menos unos 30 años de constituida. Sin embargo, gran parte de ella no disfruta del servicio de agua directa, por lo que dependen del contrato de cisternas para conseguir el vital líquido, gastando hasta 150 Bs. semanales para llenar tanques y pipotes.
Pero ahora los camiones no quieren subir, dado el crítico estado de las vías, pues temen que los vehículos se accidentes o sufran desperfectos al ingresar, dejando a los vecinos sin una gota para alimentarse o asearse. “Ya es difícil gastar tanto dinero, pero estar en sequía es mucho peor; necesitamos soluciones”, reclamó.
Del mismo modo, señaló que no poseen sistema de cloacas, por lo que muchos se ven en la necesidad de realizar sus necesidades fecales en bolsas, que luego depositan en el botadero improvisado que se encuentra a pocos metros de la entrada. Los desechos permanecen allí por días -emanando un olor putrefacto- dado a las fallas del aseo urbano, que también ha desmejorado por las condiciones del camino.
Ante esto, pidieron que el canciller Elías Jaua, quien también preside Corpomiranda y es definido por el presidente Nicolás Maduro como “el protector de Miranda”, que “les tienda la mano” y se presente en la lugar para que conozca las deficiencias de la zona, así como la forma de vida que llevan.
Segundo trancazo
Horas después del efectuarse la primera tranca; en la comunidad de La Guaya en el kilómetro 22 de la misma jurisdicción, hicieron lo propio por razones similares. Cerraron el paso quejándose de la mala recolección de desperdicios, servicio del agua que se presenta sólo una vez al mes y de la inseguridad que azota la zona.
Pero el principal inconveniente es un tramo de la vía que se encuentra totalmente hundido. Un boquete de unos dos metros y medio de profundad, amenaza con terminar de ceder, dejando incomunicada e inutilizable la conexión entre la mencionada entidad y la jurisdicción de Sucre.
Según los manifestantes, esto es ocasionado por una falla geológica sobre la que está construida la carretera y a pesar de los arreglos que le han realizado en anteriores ocasiones, siempre termina cediendo. Por lo que piden que se construya un elevado que “termine con el problema”.
Además, explicaron que las circunstancias ponen en riesgo la estabilidad de unas 20 viviendas situadas en la parte inferior, las cuales ya presentan grandes grietas, presuntamente causadas por el deslizamiento del terreno y temen que la situación empeore en la época de lluvias, ya que el agua se filtra por las hendeduras del pavimento socavando el talud.
Piden asfaltado
Los vecinos del sector El 130, ubicado en el kilómetro 21 de la carretera nacional Petare-Santa Lucía, exigieron que se retome de manera inmediata el proyecto de vialidad que la alcaldía de Paz Castillo, dejó inconcluso hace tres semanas.
Además, piden que se coloque asfaltado de forma tradicional y no con asfalto frío o desperdicios de pavimento tratados con gasoil o cualquier otro tipo de “pañitos de agua tipias”, ya que consideran que de está forma será “peor el remedio que la enfermedad”.
Alumbrado inexistente
Los manifestantes de las comunidades de El 130 y La Guaya de la carretera nacional Petare-Santa Lucía, aseguraron que esta importante arteria vial, así como los sectores aledaños carecen de alumbrado, lo que crea un escenario perfecto para las acciones del hampa. Exigen que las autoridades se aboquen a brindar soluciones.
Anabel Barrios Díaz e-mail: abarrios@diariolavoz.net