Cuba, Ecuador y Venezuela rechazaron una intervención militar en Siria y advirtieron del peligro que ello representaría para la estabilidad en Medio Oriente, abastecedor mundial de combustibles.
En Venezuela, integrante de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y cuarto exportador del mundo, el presidente Nicolás Maduro reclamó el martes «prudencia» a Washington y sus aliados y pidió «que el mundo se ponga de pie» y rechace «la intervención militar contra Siria (sobre) el ataque militar que ya tienen decidido».
«Un ataque podría ser el inicio de una conflagración contra Siria. Sería el inicio de una guerra desastrosa. Nosotros abogamos por la paz en Siria, por la búsqueda de fórmulas pacíficas», agregó el mandatario, junto al alto mando militar venezolano y la tripulación del buque ruso «Moscú», de visita en Venezuela.
Para Maduro, la amenaza de Estados Unidos sobre Damasco tiene el mismo «tufo» que las intervenciones en Libia (2011), Irak o la reciente en Egipto y persigue controlar la riqueza petrolera de los países árabes.
Desde la llegada del fallecido Hugo Chávez al poder (1999-2013), el gobierno venezolano ha mantenido estrechas relaciones con países de Oriente Medio, principalmente Irán.
El mandatario de Ecuador, el socio más pequeño de la OPEP, Rafael Correa, ratificó por su lado «la vocación pacifista» de su país y «el rechazo de cualquier injerencia, más aún militar, en el problema sirio».
Cuba estimó en un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores este miércoles que «una agresión contra Siria provocaría gravísimas consecuencias para la ya convulsa región del Medio Oriente»
Asimismo, dijo que «constituiría una flagrante violación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas y del Derecho Internacional y aumentaría los peligros para la paz y la seguridad internacionales».
«Es necesario recordar que quienes más abogan hoy por una acción militar contra Siria son los mismos que lanzaron cruentas guerras sin mandato del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, bajo la mentira deliberada de la existencia de armas de exterminio en masa o con el pretexto de la protección a civiles», agregó la cancillería cubana.
Estados Unidos y sus principales socios europeos, Reino Unido y Francia, sostienen que el régimen sirio utilizó armas químicas en un ataque en las afueras de Damasco el 21 de agosto, que dejó unos 1.300 civiles muertos según la oposición.
Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad -EEUU, Reino UNido, Francia, Riusia y China- se reunieron este miércoles para discutir un proyecto de resolución sobre Siria elaborado por Londres que contempla una respuesta militar por el uso de armas químicas, sin alcanzar un acuerdo, aunque se espera que continúen las conversaciones.
Moscú, principal aliado de Damasco, y Pekín han vetado tres proyectos de resolución presentadas contra Siria desde que comenzó en marzo de 2011 la guerra civil que deja más de 100.000 muertos.
En 2003, sin el mandato de la ONU, Estados Unidos inició, con la ayuda de Gran Bretaña, una guerra contra Irak, acusada de poseer armas de destrucción masiva, mientras que Francia, Rusia y Alemania se oponían a la operación.
El líder cubano Fidel Castro recordó por su parte en un artículo en el diario oficial Granma que «todos los miembros de la OTAN, aliados incondicionales de Estados Unidos y unos pocos países petroleros aliados al imperio en aquella zona del Medio Oriente, garantizan el abastecimiento mundial de combustibles».
El precio del petróleo en Nueva York seguía escalando este miércoles, con inversores temerosos de la repercusión que pueda tener una intervención militar en Siria.
En tanto, el gobierno de El Salvador expresó este miércoles preocupación por la crisis en Siria y rechazó «categóricamente» el uso de armas químicas, al tiempo que respaldó las acciones de la comunidad internacional para resolver el conflicto.