Miles de empleados de McDonald’s y otras cadenas de comida rápida participaron en una nueva huelga el jueves en Estados Unidos para reclamar mejores salarios y condiciones de trabajo.
Los empleados piden un salario mínimo de 15 dólares por hora, más del doble de los actuales 7,25 dólares que se pagan en la mayoría de los locales de comida rápida.
El salario medio en el sector de la restauración en Nueva York para ese tipo de empleo es de unos 9 dólares por hora. Pero a diferencia de sus colegas de otros restaurantes, los empleados de cadenas de comida rápida no reciben propinas.
La protesta del jueves, que tiene lugar luego de una efectuada el pasado 29 de julio, tenía como objetivo ser «la más grande en afectar a la industria de la restauración rápida».
El jueves desde muy temprano por la mañana un puñado de personas se manifestaban ante un local de McDonald’s en la Quinta Avenida en Nueva York. Los manifestantes vestían camisetas con la leyenda «Fast Food Forward» («Comida rápida, hacia adelante»).
«Ganan millones gracias a nuestro trabajo, pueden pagarnos más», explicó a la AFP Shaniqua Davis, de 20 años y madre de un bebé de un año, quien gana entre 71 y 150 dólares por semana en un McDonald’s del Bronx (norte de Nueva York).
Tyeisha Batts, de 27 años, trabaja en Burger King por 7,25 dólares por hora. «Pero solo 28 horas por semana, porque si uno trabaja 30 horas tienen que darle un seguro médico», explica. Sus horarios cambian a diario y a veces, cuando hay pocos clientes, le dicen que se vuelva a casa. Sobre un salario semanal de 100 dólares, 30 se van en el billete de metro, afirma.
El movimiento, que había comenzado en noviembre en Nueva York con 200 huelguistas, se ha ampliado desde entonces.
De las siete ciudades que participaron en la huelga de julio se pasó a unas 50 el jueves, entre ellas Nueva York, Boston (noreste), Chicago (norte), Denver (oeste), Detroit (norte), Houston (sudoeste) y Los Angeles (oeste).
«Bien por debajo del umbral de pobreza»
Mary Kay Henry, presidente internacional de SEIU, el sindicato de empleados que apoya la protesta, señaló que «la mayoría de estos empleados tienen hijos e intentan mantener a su familia», pero lo que ganan los ubica por debajo del umbral de la pobreza.
«Su salario medio (incluyendo a los trabajadores en posiciones de más responsabilidad) es de 9,08 dólares por hora, es decir bien por debajo del umbral de pobreza para un empleado que tiene la suerte de trabajar 40 horas semanales», dijo.
Según Henry, los empleados de restaurantes de comida rápida ya no son adolescentes, como ocurría en el pasado.
Si el salario mínimo hubiese seguido el ritmo de la inflación o el aumento salarial medio de Estados Unidos en los últimos 50 años, se situaría actualmente en unos 10 dólares, indicó el diario The New York Times en un editorial sobre este movimiento.
El sector de la restauración rápida hace oídos sordos por el momento a las reivindicaciones.
McDonald’s había subrayado en julio que los contratos de los empleados dependen de sus franquicias, que administran más del 80% de sus restaurantes en el mundo.
Los empleados «reciben salarios competitivos y tiene acceso a toda una serie de ventajas para sus necesidades personales», había agregado la cadena estadounidense.
De su lado, la asociación nacional de la restauración estimó que un salario de 15 dólares por hora obligaría a los restaurantes a reducir su personal.